Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
MONKEY MAN

Un festival de mamporros bien ejecutado

La presencia de Dev Patel ante la cámara ha adquirido especial relevancia desde sus primeros pasos en “Skins” hasta su encumbramiento en la aclamada “Slumdog Millionaire”, y con películas como “El hombre que conocía el infinito”, “Lion” y “El caballero verde”.

“Monkey Man” es su debut como cineasta, un proyecto muy especial para Patel porque a través de él ha querido rendir un tributo a su idolatrado Bruce Lee, asumiento no solo la dirección, sino que también su protagonismo, guion y producción.

La trama sigue el camino habitual de las películas de venganza: un hombre, Kid, devastado por la pérdida de su madre en su infancia, busca justicia enfrentándose a aquellos que destruyeron su vida.

ELEGANCIA Y BRUTALIDAD

Patel se entrega por completo al papel -cabe recordar que es todo un experto en artes marciales-, incluso después de sufrir una lesión en el set que le obligó a adaptar su actuación desde un ángulo más creativo. Todo ello se refleja en las coreografías de acción, que resultan impactantes y originales. El protagonista compite en peleas clandestinas bajo la identidad de un enmascarado mono, ganando dinero para su causa mientras se prepara para infiltrarse en un círculo elitista donde se encuentran sus enemigos. De esta forma, la película se sumerge en la desigualdad social y la lucha de clases, presentando a Kid como un defensor de los desfavorecidos contra la opresión de los poderosos. “Monkey Man” combina elegancia con una brutalidad cruda, ofreciendo una experiencia visceral que no es apta para quienes renieguen de las sensaciones fuertes. Aunque la trama puede caer en clichés del género de acción, la dirección de Patel y su vibrante encadenado de secuencias mantienen el interés del espectador, a pesar de un evidente bajón que se experimenta a mitad del metraje.