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BALONCESTO

El duelo entre Saski Baskonia y Virtus será una noche de bodas o un funeral

Con la notable ausencia por lesión de Chima Moneke, los de Dusko Ivanovic se la jugarán al calor de su afición para, cinco años después, retornar a unos play-offs de la Euroliga. El propio club italiano no está en el Top 8 europeo desde la campaña 2001/02.

Sin Moneke, quizá el juego de Shengelia sufra más, paradójicamente. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Las vueltas que ha dado Saski Baskonia en esta Euroliga son dignas de película de Emir Kusturica, con su parte de comedia en mitad del drama y su tragedia que transcurre en un mar de lágrimas de carcajadas. Y pocos como el compositor serbobosnio Goran Bregovic para ponerle a Saski Baskonia su banda sonora previa a su partido decisivo ante la Virtus de Bolonia esta noche a las 20.30 en el Buesa Arena.

A golpe de música de viento, ritmos alocados y desenfrenados, plegarias al Kalashnikov o a acelerar al «ritmo sexy» de la gasolina, el «turbo-folk» de Bregovic le viene de perlas al Baskonia, sobre todo por la Wedding & Funeral Band -la Banda de las Bodas y los Funerales- que le sigue a cada paso al músico y que encaja con la temporada que, en la Euroliga lleva a cabo el cuadro gasteiztarra, cierra el play-in con la ausencia de Chima Moneke con una torcedura de tobillo, tras haber sido zarandeado el martes ante el Maccabi.

«¡Quien no le gusta esto, no es una persona normal!», grita Goran Bregovic cada vez que entona el frenesí de “Gas Gas”. Otro tanto puede decirse de este Saski Baskonia que roza con la punta de los dedos poder colarse en los play-offs de la Euroliga por primera vez desde la temporada 2018/19. Aquella campaña, que empezó a las órdenes de Pedro Martínez y terminó con Velimir Perásovic, acabaría un 26 de abril de 2019, con el tanque de gasolina vacío, luego de que el CSKA de Moscú impusiera su ley con un 3-1 definitivo en una eliminatoria que los gasteiztarras igualaron en Moscú, para caer en casa.

RIVAL INESPERADO

Si bien se podía esperar la derrota del Baskonia frente al Maccabi en Belgrado, nadie pensaba que Anadolu Efes no fuera a poder con la Virtus en Estambul. Una Virtus en caída libre luego de haber perdido sus siete últimos partidos, incluyendo un 91-95 frente a Saski Baskonia, con 34 puntos de Markus Howard, 16 de Codi Miller-McIntyre y 17 de Vanja Marinkovic.

Ciertamente, no está de más recordar que en la primera vuelta la Virtus de Bolonia venció por 81-91 en el Buesa Arena. Pero Marco Belinelli no tiene ya el físico como para meter 27 puntos, como hiciera el pasado 14 de diciembre y a pesar de la notable baja Chima Moneke, lo cierto es que Tornike Shengelia, Polonara y compañía han sufrido mucho más ante la defensa de Tadas Sedekerskis que frente al nigeriano.

También es verdad que por estos días se celebra el aniversario de aquella inolvidable final a cinco partidos que Tau Baskonia y la Kinder de Bolonia brindaron en la Euroliga de la temporada 2000/01. Pero aunque Markus Howard solo tuviera dos años de edad por aquellos días, jugadores como Bennett, Oberto, Scola, Stombergas, Timinskas, Rigaudeau, Ginóbili, Smodis o Griffith tampoco asoman el hocico en ninguno de los dos equipos. Así que, quien quiera esta noche experimentar un revival del mate de Timinskas sobre Andersen, mejor recuerde que, como citara el propio Dusko Ivanovic, «la nostalgia y la esperanza son los más crueles asesinos, porque matan la realidad, matan el presente, que es lo que importa».

Solo queda por añadir que los dos rivales se conocen bien, ambos están lejos de su mejor momento y los dos optan a regresar a los cuartos de final que en el caso del cuadro italiano, no alcanza desde que fuera subcampeón en la Euroliga hace 22 años, en la temporada 2001/02.

BAILAR O MORIR DE PIE

«Hemos luchado todo el año en Euroliga para tener esto, depender de nosotros, jugar en nuestra casa y conseguir la victoria con nuestro público», recordaba ayer Dusko Ivanovic, que ante la ausencia de Moneke se limitaba a señalar que «nunca hemos llorado cuando han faltado jugadores, ni lo haremos en el partido».

Pues bien, ya están los ingredientes dispuestos para un final de play-in con aires tragicómicos, que solo puede tener un final por todo lo alto, digno de una noche de bodas o de funeral, y en el que, como en la saga de “Los Inmortales”, solo puede quedar uno.

La web de Saski Baskonia animaba a sus seguidores, anunciando que abrirá las puertas una hora antes, prepara la presentación del equipo con la linterna de los móviles encendida y el ya clásico «palmeo vikingo» que capitanea Indar Baskonia -copia del palmeo que los hinchas de Zalgiris Kaunas han adoptado para el baloncesto- antes de que el balón se lance al aire y ver si la temporada continental tiene un punto y seguido o si hay que esperar al curso 2024/25.

Ningún aficionado al Baskonia puede hacerle ascos a este partido, a poco que sea una persona normal. Y como grita Goran Bregovic, solo que pedir a los jugadores que den «Gas» y «Asegúrate de enterrarme de pie cuando muera / Para poder seguir bailando cuando tenga la oportunidad».