En su cuarta incursión en el largometraje, la directora italiana Alice Rohrwacher nos guía entre los paisajes y las almas de la Italia rural, esta vez ambientada en los años ochenta. Cada fotograma de “La quimera” está impregnado de una belleza singular, donde la astucia propia de la cultura mediterránea se entrelaza con la búsqueda de la utopía. La trama sigue a Arthur, un zahorí con el don de encontrar huecos bajo tierra, lo que lo convierte en un buscador de tesoros en la región italiana que alberga las ruinas de la civilización etrusca. Sin embargo, su verdadero anhelo es encontrar a Beniamina, su amor perdido, una quimera que lo guía en su viaje.

Rohrwacher, conocida por sus trabajos anteriores como “El país de las maravillas” y “Lázaro feliz”, demuestra una vez más su habilidad para capturar la esencia del neorrealismo italiano y plasmarla en la pantalla grande. Además, cuenta con Isabella Rossellini, hija del maestro, como una de las protagonistas. Con un debut en la Quincena de Realizadores de Cannes en 2011, Rohrwacher se ha consolidado como una de las voces más interesantes del cine europeo.