GARA Euskal Herriko egunkaria
2018

ETA reconoce el daño causado en una «declaración solemne»

Una abarrotada plaza Paul Bert, en Baiona, celebra el desarme de ETA a manos de los Artesanos de la Paz. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Un paso «histórico» para unos, una declaración «con carencias» para otros. Nunca serían suficientes para algunos los pasos dados por ETA en su proceso final, ni aun reconociendo el daño causado, tal y como publicó GARA el 20 de abril de 2018, un año después de su desarme, el 8 de abril de 2017, y a pocas semanas de su disolución.

El documento en cuestión, fechado el 8 de abril de 2018, justo en el primer aniversario del desarme, y que GARA «debido a su trascendencia» decidió traducir también al castellano, tiene como eje el debate interno de ETA, en el que «la militancia ha considerado necesario mostrar empatía respecto al sufrimiento originado». A la vez que reconoce el daño causado, también recoge «su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición».

«ETA reconoce la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor, y desea manifestar que nada de ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo, pues hace ya mucho que el conflicto político e histórico debía contar con una solución democrática justa», afirma el comunicado.

Si el periódico del día 20, en su forma física, se convirtió en el medio principal para comunicar la declaración de ETA, NAIZ tomó el testigo, el mismo día, para recopilar el tsunami de declaraciones que se generó a partir de dicha publicación, desde partidos políticos hasta el lehendakari Iñigo Urkullu o al Ejecutivo de Iruñea.

La conclusión que se saca de todas ellas es que «EH Bildu ve un paso ‘histórico’ mientras Urkullu y Barkos lo valoran con reparos». Fue el titular del primer Eguneko Gaia del día posterior que, junto a una declaración de EH Bildu tras una reunión extraordinaria, resumía todas interpelaciones que se hicieron durante el día 20 y que NAIZ publicó una a una.

Previamente, Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu, compareció ante la prensa para afirmar que la declaración de ETA constituía «un hecho histórico sin precedentes» y una «interpelación que a todos nos afecta», abogando por que «todos seamos capaces de asumir nuestras propias responsabilidades».

«ETA reconoce la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor, y desea manifestar que nada de todo ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo», es una de las primeras frases con las que comienza el comunicado. A pesar de ello, Iñigo Urkullu quiso exigir a ETA que «reconozca el daño injusto causado». Consideró que el comunicado suponía un paso, pero se mostró reacio a aceptarlo y optó por un discurso más exigente: «Me gustaría que el final tuviera un componente de fundamentación ética».

También fue crítico con la declaración de ETA el Gobierno de Uxue Barkos, que apreciaba «importantes carencias». «La violencia de ETA fue injusta e injustificable en todos los casos», concluía la nota gubernamental. Además, remarcaba que la disolución de la organización armada «debía ser total, unilateral y definitivo».

El PNV, por su parte, emitió una nota como réplica al comunicado de ETA en la que resaltaba que «es inaceptable clasificar a las víctimas». Sí advertía un paso adelante, tanto en su acercamiento a las víctimas como en el lenguaje utilizado, pero creía «pobre este doble esfuerzo».

Desde el PSE valoraron positivamente el comunicado, aunque matizando que llegaba demasiado tarde, mientras que el PP incidía en que la organización «humilla» a las víctimas y pedía «memoria, dignidad, justicia y verdad».

UN EJEMPLO A IMITAR

Ante tanto desdén desde algunos partidos, nuestro cronista político Iñaki Iriondo consideró la declaración «un ejemplo a imitar». En su artículo reflexionaba sobre el hecho de que algunas formaciones exigen con facilidad que ETA condene su actividad, pero «cuándo escucharemos un ‘lo sentimos de veras’ de los organizadores de redadas con pelágica» o «cuándo un ‘nada de ello debió producirse jamás’ de algún portavoz de la maquinaria jurídico-político-mediática que ha consentido que la tortura haya constituido una estrategia de Estado silenciada».

La declaración de ETA llegó en la víspera de una movilización organizada por la dinámica Kalera Kalera que reunió a miles de personas. La cercanía entre esta manifestación y el comunicado de la organización clandestina motivó un muy amplio seguimiento mediático de la marcha celebrada en Bilbo.

Desde NAIZ y GARA se hizo un especial seguimiento del proceso de desarme y disolución, y es por ello que en la edición de papel del día 20 se publicaran también unas declaraciones de satisfacción de Alberto Spektorowski -miembro del Grupo Internacional de Contacto (GIC)-, que fue entrevistado la víspera en Radio Euskadi. Sus palabras contrastaban con el pronunciamiento del Gobierno español ante el desarme. «No consiguió nada por dejar de matar y nada va a conseguir por su declaración de desaparición», aseguraba el entonces ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido.