APR. 22 2024 GAIAREN ARGIBIDEA Ayuda «in extremis» para Ucrania y un futuro incierto en Washington La Cámara de Representantes aprobó este sábado la ayuda militar para Ucrania tras meses de bloqueo republicano. El presidente Joe Biden la firmará en cuanto el Senado la ratifique esta semana; Kiev lleva meses a la espera, y está por ver si le servirá para cambiar el curso de la guerra. En Washington, se prevé tormenta en el campo republicano. (Nathan HOWARD | AFP) Urtzi URRUTIKOETXEA Se dice que lo importante es que el balón entre. El gol absurdo en propia meta cuenta tanto como una chilena a la escuadra. Ucrania necesitaba el apoyo militar estadounidense, y Joe Biden necesitaba apuntarse este tanto. La situación en Washington apenas ha variado desde que en febrero el Senado aprobara un paquete de 95.000 millones de dólares en ayuda internacional, de los que dos terceras partes estaban destinadas a Ucrania, y el resto a Israel y Taiwán. La mayoría republicana en la Cámara Baja quería seguir bloqueando este tema y condicionarlo a que la Casa Blanca cediera a sus planteamientos antiinmigración (la Casa Blanca llegó a ceder, ante las críticas de los colectivos de derechos humanos, pero los republicanos no quisieron aceptar; saben bien que éste es su tema estrella en el discurso electoral contra Biden). Pero Israel bombardeó la embajada iraní en Damasco, Teherán respondió con sus drones -un ataque sin precedentes y, sin embargo,calculado y previamente anunciado-, y los halcones belicistas del Partido Republicano corrieron a desbloquear la ayuda para Israel. Este apoyo estaba atado, sin embargo, a aprobar también la ayuda a Ucrania. El speaker Mike Johnson supo lavarse las manos para dividir la propuesta en tres leyes diferentes, una para cada país. Técnicamente era posible que se aprobara sólo una de las leyes, pero la disciplina demócrata funcionó frente al caos republicano; la propuesta de Johnson salió adelante con un apoyo total en el campo demócrata, mientras que tuvo más noes que síes entre las filas de su propio partido. Con una victoria tan nítida, la amenaza de los sectores más ultras de presentar una moción de censura contra Johnson -que proviene de esas mismas filas- se pospone por el momento, y habrá que ver qué movimientos hay tras esta semana de receso. El propio Donald Trump compareció junto a Johnson para apoyarlo hace apenas una semana, pero ahora mismo el expresidente se enfrenta a otros retos en los tribunales. Pronto sabremos el precio político que el speaker tendrá que pagar por sacar adelante la ayuda a Ucrania. UNA VEZ ROTO EL BLOQUEO EN LA CÁMARA BAJA se espera que en cuestión de días el tema vuelva al Senado, se apruebe sin problemas y Joe Biden firme la ayuda militar de 61.000 millones de dólares para Ucrania. No está claro si será suficiente para cambiar la tendencia de las últimas semanas en las que Rusia parece haber erosionado las defensas ucranianas. Tanto el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, como el jefe de la CIA, William Burns, habían advertido de que Ucrania iba a perder la guerra si no llegaba la ayuda estadounidense. En breve se sabrá si este apoyo resulta significativo para virar la tendencia de la guerra. Zelensky se apresuró el sábado a dar las gracias a Estados Unidos. Sabe bien que quizás sea la última vez que Washington le dé este tipo de apoyo. En especial, si en noviembre Donald Trump vuelve a la Casa Blanca. Pero incluso si Biden consiguiera mantenerse, los republicanos esperan mejorar su presencia en el Congreso, aumentando la exigua mayoría que tienen en la Cámara de Representantes y arrebatando la mayoría a los demócratas en el Senado. Y ese previsible panorama de futuro complicará mucho más que la ayuda militar a Ucrania se repita (aunque el presidente Biden reconozca que la mayor parte del apoyo es para empresas armamentísticas estadounidenses). El speaker Mike Johnson supo lavarse las manos para dividir la propuesta en tres leyes diferentes, una para cada país, Ucrani, Israel y Taiwán