Original
Antes era impensable un debate con un candidato de la extrema derecha. Ahora que llegan las europeas, los sondeos conceden a la lista presidencial un escaso 15% de intención de voto frente al 33% que registra la candidatura ultra del RN, Emmanuel Macron desafía a Marine Le Pen a un peligroso cara a cara del que espera salir ganando, cual adalid frente al totalitarismo. Lejos queda aquella época en la que una mayoría de electores prefería votar en la segunda vuelta a su oponente ideológico antes que permitir el acceso de los ultras al Elíseo. Así fue reelegido Chirac en 2002 frente a Le Pen padre, que logró sobrepasar a Jospin en la primera vuelta pero que resultó vapuleado en las urnas tras el llamamiento de casi todas la fuerzas políticas, incluida la socialista, a votar contra el entonces Frente Nacional. Así también fue elegido en dos ocasiones, quince y veinte años después, Macron, que desde entonces gobierna cada vez más mirando a su derecha extrema, con decisiones neoliberales y liberticidas que parecieran surgidas de un programa lepenista. Si se celebraran en este momento las presidenciales de 2027, Le Pen lograría acceder al Elíseo en la segunda vuelta, con lo que se confirma aquello de que la gente prefiere el original a la copia. Si finalmente hay debate, está claro desde ya quién saldrá ganando.