La pena de muerte alcanza su máximo en el mundo desde 2015, según AI
La cifra de personas ejecutadas tras ser condenadas a muerte aumentó en 2023 un 31% respecto al año anterior, hasta los 1.153 casos, un dato sin precedentes desde el año 2015, según Amnistía Internacional.
La ONG atribuye el repunte a la subida de datos en Oriente Próximo, especialmente en Irán, que acumula tres cuartas partes de las condenas de muerte registradas en 2023.
Arabia Saudí aglutina el 15% de las ejecuciones totales, si bien el informe también constata retrocesos en países como Somalia, el África subsahariana y Estados Unidos, donde se llevaron a cabo 24 ejecuciones, seis más que en 2022.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, instó al presidente estadounidense, Joe Biden, a «dejar de aplazar el cumplimiento de su promesa de abolir la pena de muerte federal» y criticó que se siga fomentando la pena de muerte con métodos «crueles» como la asfixia por nitrógeno.
Al análisis le siguen faltando datos para reflejar una imagen más veraz de la situación de la pena de muerte a nivel global, ya que Amnistía Internacional no ha podido presentar cifras sobre China, Corea del Norte y Vietnam.
CAMPAÑAS EFECTIVAS
Pese a todo, Callamard se mostró optimista con el trabajo de la organización en pos de eliminar las ejecuciones en todo el mundo. «Los países que siguen llevando a cabo ejecuciones están cada vez más aislados; nuestra campaña contra este castigo abominable funciona y seguiremos hasta que hayamos terminado con la pena de muerte», resaltó.