El Supremo opta por limitar derechos laborales
Una reciente sentencia del Tribunal Supremo español rechaza que una trabajadora fija discontinua, cuya actividad se desarrolla en fechas inciertas, pueda acogerse a una jubilación parcial como consecuencia de la firma de un contrato de relevo. Aunque el juzgado de Eibar y el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco dieron la razón a la trabajadora, la Seguridad Social recurrió y ha sido finalmente el Tribunal Supremo el que ha rechazado esta posibilidad. De este modo, el alto tribunal opta por una aplicación restrictiva de la norma y limita el acceso a la jubilación parcial a aquellas personas que trabajan a tiempo completo todo el año.
Una interpretación que discrimina claramente a las personas con contratos fijos discontinuos, pues si bien no han trabajado todo el año laboral, han debido estar disponibles para hacerlo cuando las circunstancias lo requerían, por lo que también deberían beneficiarse de los mismos derechos que el resto de trabajadores. De hecho, la última reforma laboral equiparó los contratos a tiempo parcial con los contratos a tiempo completo a la hora de calcular las pensiones, en un paso que suponía una mejora para estos trabajadores a jornada parcial. Sin embargo, ese cambio perjudicó a los fijos discontinuos, por lo que el Ejecutivo está planteando recuperar el coeficiente multiplicador de 1,5 que se aplicaba al cálculo de sus pensiones. Un cambio lógico en la línea de equiparar los derechos de todos los y las trabajadoras y reducir el impacto negativo de la precariedad. Por otro lado, la interpretación del Supremo supone un freno a la extensión de los contratos de relevo que permiten el rejuvenecimiento de las plantillas y a la creación de empleo, algo que carece de lógica en una situación en la que no hay pleno empleo y este es precario.
Estas sentencias de los tribunales españoles vuelven a poner en primer plano la necesidad de que Euskal Herria avance hacia una mayor soberanía que permita afianzar los derechos de la clase trabajadora. En ese camino, la construcción de un marco propio de relaciones laborales aparece como una pieza clave para mejorar las condiciones laborales y de vida.