JUN. 02 2024 [ CLAUDIA SHEINBAUM ] Claudia Sheinbaum: el reto de conjugar continuismo con un estilo propio (Carl DE SOUZA | AFP) Alberto PRADILLA C. DE MÉXICO Una de las grandes virtudes de Claudia Sheinbaum es que forma parte de la tradición de izquierdas mexicana y, al contrario que la mayor parte de aliados de Andrés Manuel López Obrador, nunca pasó por el PRI. En un país en el que el priísmo funcionó como régimen de partido único de forma casi ininterrumpida durante el último siglo, se trata de una gran credencial. A pesar de que los formalismos obligan a decir que la elección está entre dos mujeres, la realidad es que solo una catástrofe impediría que la exjefa de gobierno de la Ciudad de México se convierta en la primera presidenta del país. Claudia Sheinbaum ha contado en varias ocasiones que conoció a López Obrador en un restaurante antes de que este llegase a la jefatura de gobierno del Distrito Federal (ahora CDMX). Según este relato, el político le preguntó si sabría qué hacer para combatir el cambio climático y terminó fichándola como secretaria de Medio Ambiente. Desde entonces, ambas carreras políticas estuvieron unidas. La oposición ha tratado de atacarla presentándola como mero títere del presidente. Pero, en realidad, no tiene mucho sentido. Aquí, la candidata tiene un reto: mantener continuidad con las políticas de la autodenominada “Cuarta Transformación” pero ser capaz de tener un perfil propio. No es fácil sustituir a un animal político como Andrés Manuel López Obrador, sin el cual no se entendería la historia reciente de México. Las comparaciones siempre son odiosas y más si hablamos de un hecho histórico, como la primera presidenta en un país tan machista como México, que eligirá su primera presidenta con la disyuntiva entre continuismo o regresar al pasado. De ella se puede esperar menos locuacidad que su antecesor (no parece que se vayan a conservar las conferencias de prensa diarias de cerca de tres horas) y un perfil más técnico. Aunque no es lo mismo gobernar la capital, de 9 millones de habitantes, que los 130 millones que habitan en este continente reducido a país. En relación a los comicios que se celebrarán mañana domingo, lo cierto es que la verdadera elección que afrontó México tuvo lugar en septiembre de 2023, cuando Morena (también conocido como el partido de izquierda Movimiento de Regeneración Nacional) celebró su elección interna. Aunque Sheinbaum siempre partió como favorita, el excanciller Marcelo Ebrard le puso las cosas difíciles y llegó a amenazar con la ruptura del partido. Finalmente, todos los aspirantes aceptaron el nuevo liderazgo. LA VIOLENCIA, TEMA ELECTORAL Una de las claves será saber cómo tratará de resolver el tema de la violencia. Estas son las primeras elecciones en las que ya votan jóvenes que solo han conocido la «guerra al narcotráfico» declarada por el expresidente Felipe Calderón. Por un lado, la candidata presume de que los homicidios disminuyeron de forma significativa en sus años al frente de la capital. Sin embargo, sus detractores alegan que esto fue a costa de un incremento de las desapariciones. Por otro lado, está por ver qué relación mantendrá Claudia Sheinbaum con el Ejército, convertido en pilar fáctico del sexenio de López Obrador y con unas cotas de poder que parece difícil echar atrás. Sheinbaum es la presidenta a la que le toca consolidar la hegemonía de Morena. Sus intentos de atraer a exmiembros del PRI han sido observados con sospecha por parte de algunos correligionarios. También algunas de sus alianzas, como la de Omar García Harfuch, policía, hijo y nieto de policías represores, pero mano derecha de Sheinbaum en asuntos de seguridad. Tras la victoria faltarán aún cuatro meses hasta que una mujer tome por primera vez las riendas de México. En los últimos años, el país ha experimentado cambios profundos y, qué duda cabe que simbólicamente, este es uno de los más importantes. «No es fácil sustituir a un animal político como López Obrador, sin el cual no se entendería la historia reciente de México. Las comparaciones siempre son odiosas y más si hablamos de un hecho histórico, como la primera presidenta en un país tan machista como México»