México refuerza el camino de la transformación
Las elecciones celebradas el domingo en México han dado la victoria a Claudia Sheinbaum, que se convertirá en la primera mujer que presidirá el país azteca. Ha logrado más de treinta puntos de diferencia con respecto a su principal rival, la conservadora Xóchitl Gálvez y ha superado en alrededor de 5 millones de votos el resultado logrado por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Los resultados provisionales señalan que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), junto con sus aliados, podría gobernar en 21 de los 32 estados federales. Además, podrían lograr mayorías cualificadas en ambas cámaras, lo que le permitiría llevar a cabo reformas constitucionales.
La izquierda mexicana ha logrado una amplia y contundente victoria que, además de aupar por primera vez a una mujer a la presidencia del país, levanta la bandera de las políticas progresistas. La redistribución de la riqueza, la paz, el feminismo o los programas sociales destinados a mejorar la vida de los más desfavorecidos también permiten ganar elecciones. Una constatación importante en un momento en el que los discursos más reaccionarios están ganando predicamento en todo el mundo. Además, ha ganado las elecciones una mujer con formación científica que encarna un liderazgo sereno y reflexivo, el cual contrasta con fuerza con los liderazgos histriónicos de populistas de extrema derecha como Javier Milei en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador y quizá Donald J. Trump en EEUU a partir de noviembre. Los motivos para la alegría por la elección de Sheinbaum en un contexto como el actual son evidentes.
Con todo, los retos para la presidenta son de gran envergadura, en un país donde el neoliberalismo ha hecho estragos y el feminicidio, el machismo y la violencia atraviesan y condicionan todo. La corrupción sigue siendo una asignatura pendiente. Pensar que se le podía dar la vuelta a todo esto en un solo sexenio era iluso; tampoco culminará Sheinbaum el camino emprendido por López Obrador. Lo importante, más en tiempos de regresión global, es ser capaz de reforzar las mayorías que permitan seguir el camino de la transformación.