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Los aliados escenifican el paralelismo del «Día D» de Normandía con Ucrania

Casi 250 veteranos, casi todos centenarios, regresaron ayer a los lugares de desembarco del «Día D». Con ellos llegó otro invitado a las playas de Normandía: la guerra de Ucrania. No hubo presencia rusa. Quedaron borrados de la Historia los 27 millones de muertos que puso la URSS, y el papel clave del Ejército Rojo en la derrota del Tercer Reich.

Veteranos en la ceremonia conmemorativa del 80º aniversario del desembarco anfibio aliado del Día D en Normandía. (Jordan PETTITT | AFP)

Muchos de los veteranos de las fuerzas aliadas presentes ayer en las playas de Normandía sabían que quizá no habrá otra vez más. En el 80 aniversario del desembarco celebrado ayer, estuvieron acompañados de la mayoría de los jefes de Estado y líderes occidentales en el acto de Omaha Beach. Sólo un actor clave en la Segunda Guerra Mundial estuvo excluido: Rusia, a pesar del papel central de la URSS en la derrota del nazismo. Pero a pesar de su ausencia, estuvo muy presente, pues la guerra de Ucrania desembarcó en la conmemoración y se hizo la analogía entre la lucha contra el nazismo y la guerra aliada contra Putin en los discursos.

Casi todos los presentes, además, estaban en campaña electoral: el presidente de EEUU acudirá a las urnas el 5 de noviembre; el primer ministro británico afrontará elecciones legislativas el 4 de julio y el presidente francés hace campaña para las elecciones europeas del 9 de junio. Y todos desempeñaron un papel similar, a saber, el de defensor del Occidente democrático frente a los regímenes autoritarios (Rusia y China) y el ascenso de la extrema derecha.

«HUMILLAR A RUSIA»

En la conmemoración, Ucrania estuvo en el punto de mira. Su presidente Zelensky, se mostró cómodo con el paralelismo que se trazó entre la Alemania nazi y Rusia, entre Adolf Hitler y Vladimir Putin. Irónicamente, representaba a un país que tiene en el pedestal, como héroes nacionales, a personajes tan siniestros como Stepan Bandera, colaborador de Hitler en el frente del Este y autor de la muerte de miles de rusos, polacos y judíos.

A su anfitrión, conocido oportunista, no pareció incomodarle. Hace tiempo que pasó del diálogo y del deseo de no «humillar a Rusia» a una línea diplomática que quiere convertir a París en el aliado más cercano de Kiev. El apoyo es ilimitado con la posibilidad de enviar tropas terrestres y dar luz verde para atacar territorio ruso con misiles franceses.

Sin duda, esta ausencia será utilizada por Moscú, en su confrontación con Occidente, como una «humillación del pueblo ruso y de su colosal sacrificio». Porque la II Guerra Mundial, llamada «Gran Guerra Patriótica» en Rusia, sigue siendo un acontecimiento unificador de la sociedad rusa y un pilar esencial del patriotismo que le caracteriza, sobre el que juega el Kremlin.

INTERVENCIÓN DE BIDEN

Biden habló al público con un discurso encendido que giró sobre la lucha entre la tiranía y la libertad «que nunca termina». Pidió al mundo unidad para «no inclinarse ante los dictadores. Hacerlo sería olvidar lo que sucedió en estas playas sagradas. La libertad no es gratis».

E insistió en la idea: «En la hora de la verdad, las fuerzas aliadas en el Día D cumplieron con su deber. Ahora la pregunta es para nosotros: en nuestra hora de verdad, ¿nos enfrentaremos al mal? Mi respuesta es sí y solo puede ser sí».