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Interview
JOSEBA RODRÍGUEZ “HAITO”
Entrenador del Zuazo

«El club necesita crecer para intentar retener el talento»

Joseba Rodríguez “Haito” (Basauri, 1980) no puede ocultar su satisfacción después de regresar con el Zuazo a la División de Honor. El equipo de Barakaldo recupera la categoría un año después, en una temporada de infarto, marcada por las lesiones y «la resiliencia», la cualidad que destaca el técnico a la hora de describrir el trabajo de su equipo.

(Monika DEL VALLE | FOKU)

El Zuazo ha hecho méritos deportivos para competir la próxima temporada en la División de Honor. Ha recuperado la categoría un año después de descender a la DH Oro y Joseba Rodríguez “Haito”, entrenador del equipo baracaldés, atiende a GARA una vez asimilado el hito «que ha costado lo suyo». El basauritarra, a su vez, asegura que la viabilidad del club dependía de este ascenso: «Desde la directiva se nos remarcó desde el principio que prácticamente la supervivencia del club pasaba por estar la próxima temporada en División de Honor».

Logrado el hito deportivo, solo faltan los apoyos económicos necesarios para que en la élite vuelvan a coincidir tres equipos vascos. Subraya que desde el club «son bastante optimistas». «Se está trabajando en ello de forma acelerada, porque ya no es solo confeccionar la plantilla, sino buscar los apoyos económicos que nos permitan competir en DHF», subraya “Haito”.

Por ahora, el equipo vizcaino ya ha asegurado la continuidad del entrenador, que cumplirá su séptima temporada, la sexta en la élite, para continuar haciendo «magia». «El estar cerca de la familia todavía me pesa mucho, me gustaría aprovechar la infancia de mi hija al máximo posible, si algún día tengo que marchar, pues lo haré, porque al final es mi profesión y me quiero dedicar a esto, pero mientras pueda estar cerca de mi mujer y sobre todo de mi hija, que ahora todavía tiene 7 añitos, pues es lo que voy a intentar priorizar», reflexiona.

Ha sido una temporada de altibajos, ¿no?

Es cierto que ha sido una temporada difícil. Andrea Zaldua se lesionó la segunda semana de temporada y hasta la parte final, y más por amor propio, por querer echar un cable, que porque ella pudiera, no pudo jugar. Quizás tampoco se vio reflejado en el rendimiento porque gracias a una racha de diez victorias consecutivas, nos pusimos líderes. Parecía que todo iba fenomenal, pero la verdad es que el equipo a nivel interno sí que estaba sufriendo, porque no podíamos contar con todas las jugadoras y eso te limita mucho no solo en los partidos, sino incluso en los entrenamientos.

Al final ascendieron en el playoff, en un fin de semana intenso también.

Fue ‘intensito’ porque, tal y como iba la temporada, no esperábamos ir al playoff. El día que empatamos con Pereda, prácticamente nos mentalizamos a ello, aunque quedaban dos jornadas. Sí que fue un palo un poco duro, digamos, tener que alargar más la temporada y desplazarnos hasta Lanzarote para jugar un play-off contra los dos equipos de Canarias más el Adesal de Córdoba, que ha demostrado que no era un equipo de plata, sino que tenía calidad para haber jugado esta temporada en Oro. Fue muy duro por todo lo que se jugaba el club, y por la dureza que tiene el playoff a nivel físico para las jugadoras.

¿Ha sido un curso agónico?

Sí, yo por lo menos así sí que la he vivido. No puedo hablar en nombre de las jugadoras, aunque intuyo que también. Salvo ese tramo de temporada, entre diciembre y febrero, que parecía que todo iba rodado, sí que ha sido agónica; sobre todo, a nivel de lesiones de plantilla, de tener que reinventar el juego cuando hemos perdido a las dos extremos izquierdos. La sensación es que hemos tenido que ir saltando piedras una tras otra.

¿Cómo ha vivido ese estreno en la categoría?

Fue un mal estreno, porque perdimos de 8 contra Morverdre, que de hecho ha sido una de las cosas que nos ha privado del ascenso. Porque hemos acabado Morverdre, Logroño y Zuazo empatadas a puntos y el golaverage nos dejó fuera del ascenso directo. La División de Honor Oro es una categoría dura. Yo creo que no descubro nada. Por parte de la Federación me parece un acierto porque sí que ha subido bastante el nivel. Una vez nos acostumbramos a la categoría y una vez el equipo supo rehacerse un poco de las primeras lesiones, las cosas empezaron a funcionar bien hasta que, no sé si por falta de gasolina o por la presión de ver que teníamos el ascenso en nuestras manos, nos pasó factura y en el tramo final no supimos estar a la altura de la categoría y de lo que se esperaba de nosotras. La suerte es que llegamos al play-off en uno de los mejores momentos nuestros a nivel psicológico.

¿Y trabajaron en ello para llegar bien a nivel psicológico?

No hicimos un trabajo específico. Hemos tenido muchas charlas, muchas reuniones, las jugadoras han expuesto qué era lo que les pasaba por la cabeza. Trabajamos para intentar no llegar al playoff como el equipo que ha perdido el ascenso, sino como el equipo que tiene una oportunidad más para lograrlo. Porque tanto Zicar Lanzarote como Zonzamas y también Adesal lo estaban celebrando el playoff y era fundamental llegar con fuerzas a esa fase de ascenso.

También ha mencionado en varias entrevistas la presión, porque entiendo que la viabilidad del club dependía del ascenso.

Sí, es algo que desde la directiva se nos remarcó desde el principio, tanto a las jugadoras en abierto, en reuniones con ellas, como luego a mí en privado. Prácticamente la supervivencia del club pasaba por estar la próxima temporada en División de Honor porque en Oro la búsqueda de patrocinios era mucho más complicada. Se intuye que al estar en la máxima categoría y tener más visibilidad, pues puede ser más fácil tener patrocinadores que ayuden a paliar la deuda que todavía tiene el club. Saber que la supervivencia del Zuazo pasaba por ascender o no, y sobre todo en la parte final, ver que se te estaba escapando entre los dedos, ha sido un palo duro y a nivel psicológico una presión muy fuerte. La suerte es que para el playoff le conseguimos dar la vuelta de una forma espectacular.

Para terminar con la valoración de esta temporada, ¿qué destacaría de su grupo?

La resiliencia, absolutamente. Creo que cada semana ha sido una labor de intentar superar obstáculos, tanto propios como los que te ponía la competición. Y las jugadoras lo han hecho siempre con la mejor de las aptitudes. No se han rendido nunca, nunca se han lamentado, que eso es algo que destaco mucho. Siempre teníamos alguna dificultad y la actitud siempre era de qué vamos a hacer para intentar superarlo. Creo que este año nos hemos dado una lección a nosotras mismas de cómo se tiene que afrontar una temporada en la que hay muchos problemas y cómo hay que hacer para solventarlos. Ha salido bien, el final ha sido feliz y parece que eso hace que todo valga la pena, pero aunque no hubiera salido bien, yo estaría igual de contento, porque creo que las jugadoras han demostrado que tienen madera para competir.

Y de cara a la próxima temporada, tienen bastantes bajas, algunas muy importantes, como las de Alba Sánchez, Meriem Ezbida, Ariadna González, Andrea Zaldua; tampoco siguen Paula Molano, Sara Molés ni Cristina Viñuela...

Está siendo ya algo recurrente. A nivel deportivo venimos perdiendo talento de forma irremediable desde hace 6 años, que son los que llevo yo al frente del club. Se fue Ainhoa, se fue Maddi Aalla, se fue June Loidi, Anne Erauskin... jugadoras de muchísima calidad, que si hoy en día siguieran aquí, pues tendríamos prácticamente un equipo muy competitivo. Pero la realidad es que no podemos mantenerlas, porque a nivel económico no podemos hacer frente a lo que supone tener una plantilla de ese nivel. Y este año nos vuelve a pasar lo mismo. Encima es el año que más bajas tenemos, por ahora son 7. Tendremos que volver a reinventarnos, a volver a fichar jugadoras que quizás no hayan tenido una temporada fácil y busquen aquí una opción de revivir o empezar a crecer. Y a nivel económico, yo creo que el club necesita crecer lo más rápido posible para intentar retener el talento y que no se nos escape de las manos cada vez que despunta una jugadora.

En ese sentido también decía que tendrán que volver a hacer magia.

Cuando digo volver a hacer magia es porque se nos pide con muy pocos recursos económicos, vamos a ser otra vez el presupuesto más bajo de la categoría, tener que sustituir a jugadoras que han sido muy importantes como Alba, Meriem, Zaldua… Los fichajes que hemos tenido estos años, son jugadoras de un perfil joven, con mucho futuro, mucho talento, pero a las que se les pide rendir a un nivel alto desde muy pronto, como por ejemplo June Amilibia o Maialen Orbañanos, que ha sido importantísima en su primer año, llegando desde juveniles, debutando con 17 años. A eso me refiero con hacer magia.