JUN. 18 2024 KOLABORAZIOA Valores patronales, ese oxímoron Mitxel LAKUNTZA Secretario general de ELA El responsable de la patronal alavesa (SEA), Pascal Gómez, quiso advertir en su despedida del cargo de lo que, en su opinión, es el principal problema de las empresas de este país: el absentismo. El responsable patronal, obviando las razones que motivan ese absentismo (la gran mayoría son bajas médicas, entre ellas, las derivadas por enfermedades del trabajo), vuelve, como las demás patronales vascas, a situar el absentismo como un problema de «falta de valores de los y las trabajadoras vascas». Su objetivo es difundir la torticera idea de que hay todo un contingente de personas que se levantan cada mañana en plenas condiciones físicas y mentales y deciden, porque sí, no acudir a su trabajo. El lehendakari Urkullu, presente en la sala, lejos de corregir unas declaraciones tan graves, se volvió a subir al carro de la patronal, demostrando que en la mayoría de las cuestiones, la patronal y Urkullu son una sola voz. La hipocresía y la inconsistencia de los datos de SEA son evidentes. Incluso las fuentes más cuestionables, las de las empresas de trabajo temporal (con intereses proempresariales muy evidentes), reconocen que mayoritariamente las personas que no acuden a trabajar es porque tienen problemas de salud. Por el contrario, lo que la estadística nunca refleja es cuántas personas, por miedo a perder su empleo, acuden a trabajar cada día con problemas de salud, muchas veces provocados precisamente por su trabajo. En esa hipocresía, el responsable patronal oculta una preocupación mayor y más real, la que debería ser la verdadera preocupación de las empresas vascas: garantizar que nadie muera en su puesto de trabajo. La siniestralidad laboral acarrea en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa 50 fallecimientos cada año. Pero son muchas más, en torno a 400, las personas que en estos mismos territorios mueren cada año como consecuencia de enfermedades profesionales. Podemos hablar también del papel de las mutuas. Recientemente, ELA denunció y judicializó el trato inhumano de la mutua Fremap a un trabajador inmigrante que ha acabado en silla de ruedas tras un accidente de trabajo, y a quien la mutua le niega asistencia. Hablemos entonces de valores, de humanidad. El incremento de la siniestralidad laboral, las enfermedades profesionales o los abusos de las mutuas no están entre las preocupaciones patronales, porque muchas empresas buscan precisamente esa precariedad para aumentar el margen de beneficios, y ello acaba provocando muchas de esas muertes. Muchos empresarios saben que es más barato incumplir las normas de seguridad laboral y pagar una multa. Así de triste y de duro. ¿Qué tipo de valores son esos? Sigamos hablando de valores. En otro plano, es curioso que SEA hable de falta de valores cuando es la patronal que más acuerdos ha firmado en minoría (con UGT y CCOO), demostrando un claro desprecio por los valores democráticos y el respeto a las mayorías. La cohesión social y el reparto de la riqueza tampoco están en la agenda. La patronal alavesa, al igual que el resto, se ha negado durante estos años de incremento de la inflación y de récord de beneficios a acordar en los convenios incrementos salariales que garanticen el IPC. Si hoy en día hay una mayoría de trabajadoras y trabajadores cubiertos por más y mejores convenios es gracias al incremento de las huelgas. Si hay que hablar de valores solidarios, las huelgas han sido el único medio efectivo para terminar con el bloqueo de la patronal en muchas empresas (esto también lo respaldan los datos). Las subidas salariales en sectores feminizados son, sin duda, una de las mejores noticias, con incrementos salariales por encima del 7, 5% en los convenios firmados por ELA. Por tanto, la falta de valores no está en una clase trabajadora que trata de seguir adelante, hacer frente a la carestía de la vida y volver a casa vivos y vivas del trabajo. La falta de valores reside, más bien, en una patronal falta de propuestas, codiciosa e insensible a los problemas de una parte importante de la sociedad. Por cierto, dudo que la preocupación del presidente de SEA tenga que ver con los valores, al menos con los universales; de lo contrario, supongo que ya habría tenido tiempo para hacer público un alegato contra la guerra, el belicismo y el genocidio en Palestina. La falta de valores reside, más bien, en una patronal falta de propuestas, codiciosa e insensible a los problemas de una parte importante de la sociedad