El Partido de la Libertad (PVV), de Geert Wilders, logró ayer cerrar la composición de un nuevo Ejecutivo en Países Bajos, en el que tendrá representación mayoritaria, y gobernará junto a tres partidos de derecha y un primer ministro sin carrera política, Dick Schoof, con promesas de respetar el Estado de derecho.

El nuevo Gobierno tendrá 15 ministros y, a pesar de la promesa inicial de que la mitad serán tecnócratas, finalmente todos proceden de la política: cinco del ultraderechista PVV, cuatro de los liberales de VVD, cuatro del democristiano NSC y dos del partido de los campesinos BBB.

El Ejecutivo neerlandés, que no incluirá ni a Wilders ni a los líderes de los otros tres partidos, dedicará los próximos dos meses a detallar el programa de gobierno, tras tomar posesión hoy, lo que pone fin a casi 14 años de legislaturas del liberal Mark Rutte, quien en octubre asumirá la Secretaría General de la OTAN.

El informe presentado ante el Parlamento, que no ofrece mucha información sobre cómo se aplicará el pacto, dice que el programa del futuro Gobierno se presentará «a tiempo para el Día del Presupuesto», el 17 de septiembre.

El documento resalta que los recortes que se planean de empleados del Ejecutivo se harán de «manera responsable y realizable» y se prestará «especial atención a la importancia de una función de supervisión adecuada (inspecciones) y de una red adecuada de misiones en el extranjero».

EL GABINETE «MÁS DERECHISTA»

La diputada ultraderechista Fleur Agema (PVV) aseguró estar «muy orgullosa» de ser la futura vice primera ministra y ministra de Salud el gabinete «más derechista» de la historia neerlandesa, aunque «con un corazón social cálido», dijo.

Marjolein Faber (PVV), futura ministra de Migración y Asilo, habló de «un día histórico» y remarcó que no quiere «mirar hacia atrás», al ser preguntada por sus referencias a la «sustitución étnica», la teoría que sostiene que los migrantes están «repoblando» Occidente. Faber y la diputada ultra Reinette Klever, que será la titular de Comercio Exterior, han sido criticadas por sus afirmaciones racistas y usar terminología propia del nazismo. Ambas han tratado de distanciarse de esos posicionamientos.