«Rechazar la petición de Leonard Peltier supone su muerte en la cárcel»
La Comisión de Libertad Vigilada acaba de rechazar la solicitud del preso político indígena Leonard Peltier para salir de la cárcel. Los esfuerzos se volcarán ahora en que el presidente Joe Biden firme su indulto tras 48 años entre rejas, mientras su abogada Jenipher Jones anuncia que recurrirán la decisión conocida esta semana.
Leonard Peltier cumplirá en septiembre 80 años; de ellos lleva en la cárcel casi medio siglo. Está gravemente enfermo, sin visión de un ojo, imposibilitado para caminar, tiene diabetes, sufrió un aneurisma y tuvo que ser operado a corazón abierto. Además, el covid le dejó graves secuelas. Pero ni su pésimo estado de salud, ni las numerosas irregularidades que se han demostrado que existieron en su juicio han hecho variar su decisión a los responsables de su encarcelamiento.
Durante estos años, la solicitud de libertad de Peltier ha recabado numerosos apoyos en todo el mundo, como el papa Francisco o Nelson Mandela. Tras conocer la decisión de esta semana, Amnistía Internacional ha criticado que «seguir manteniendo encerrado a Leonard Peltier tras las rejas es una burla de los derechos humanos. Lleva demasiado tiempo encarcelado. La comisión de libertad condicional debería haberle concedido la libertad de pasar los años que le quedan en su comunidad y rodeado de sus seres queridos».
Pero la presión del FBI, que llegó a organizar una marcha contra Bill Clinton, sigue siendo enorme.
De origen ainishinaabe y dakota, está censado en la reserva de Turtle Mountain Band de los indígenas chippewa. Como activista y miembro del Movimiento Indígena Americano (AIM), ya era una figura conocida en la década de los 70 cuando, continuando la lucha por las libertades civiles, los indígenas denunciaron su situación con la ocupación de la isla de Alcatraz primero, y la toma de Wounded Knee después, en la reserva de Pine Ridge. En este último lugar, un tiroteo ocurrido en 1975 terminó con dos agentes del FBI y un activista indígena muertos.
Peltier ha reconocido que estuvo durante aquellos hechos, como otras muchas personas, pero no que matara a los agentes. Siempre ha mantenido su inocencia. Aún así, fue condenado a dos cadenas perpetuas bajo la acusación de «asesinato», en un juicio plagado de irregularidades. Incluso el exfiscal federal James Reynolds, cuya oficina se encargó del procesamiento y la apelación de Peltier, ha reconocido que se retorcieron las pruebas, y se ha unido a las numerosas voces que reclaman su liberación.
También lo ha hecho la agente jubilada del FBI Coleen Rowley, que también trabajó en su caso: «La venganza parece ser la razón principal, si no la única, para continuar lo que desde fuera parece haberse convertido en una vendetta de la ‘Familia del FBI’ impulsada por las emociones», explicó en una carta dirigida a Joe Biden hace unos meses.
El preso número 89637-12 lleva más de diez años en Coleman 1, una prisión de máxima seguridad del condado de Sumter, Florida.
Anteriormente, fue trasladado durante cuatro décadas a otras prisiones federales. Nunca ha estado encarcelado cerca de su hogar en Dakota del Norte, lo que ha dificultado las visitas de sus familiares. Hay varios juristas en el equipo legal de Peltier que trabajan en distintos ámbitos. Mientras el equipo de Kevin Sharp intenta el indulto de Biden por razones humanitarias, en una campaña en la que se han volcado varios organismos indígenas y de derechos humanos, la abogada Jenipher Jones explica a GARA el recurso que están preparando para conseguir que se estime la solicitud de libertad vigilada.
Tras la vista celebrada el pasado 10 de junio, se esperaba una resolución para la segunda semana de julio, pero al final llegó este martes, con el rechazo a la petición de Leonard Peltier de salir en libertad vigilada y volver a casa. ¿Cómo recibió la noticia?
La Comisión de Libertad Vigilada le comunicó la decisión el martes, enviándola a la propia prisión. Su reacción fue similar a la nuestra. De alguna manera la esperaba, tal y como la temíamos todos. Estos días he hablado varias veces con él y era realista. Al fin y al cabo, se trata de una lucha de 50 años. Siempre hay alguna esperanza, cómo no, y el resultado le produjo tristeza, pero no fue una sorpresa.
Usted estuvo en la vista del pasado 10 de junio. ¿Cómo transcurrió?
La vista para la libertad condicional duró ocho horas, y uno de los motivos por los que éramos escépticos sobre el resultado es lo que ocurrió aquel día. La otra parte pudo contar con todos los testimonios que quiso, incluyendo allegados de las víctimas y miembros de las fuerzas policiales. En nuestro caso, teníamos una lista de 8 o 9 personas, y sólo pudieron hablar dos de ellas, y al principio tan sólo nos permitieron un testimonio. Ni siquiera se permitió tomar la palabra al propio fiscal que estuvo tras el caso 49 años, y que a día de hoy reconoce todos los errores que se cometieron en la instrucción, que admite que no se llevó a cabo con diligencia y que Leonard Peltier debía haber sido absuelto. Pues también fue excluido de la vista, no se le permitió hablar.
Además, había unos cuatro guardias totalmente pertrechados, les dijimos que éramos sus abogados, ya lo sabían pero bueno, nos lo registraron todo. Es decir, la propia entrada a la cárcel ya fue muy intensa, nos temíamos algo, pero no aquello.
A partir de ahora, ¿qué pasos piensan dar?
Leo va a continuar luchando, y nosotros también. Por ahora, lo primero es recurrir la decisión inconstitucional en el Comité Nacional de Recursos (Board of Appeals). Tendrá 60 días para deliberar sobre nuestro recurso. Siendo también realistas, tenemos esperanza pero sabemos que es difícil porque han ignorado este caso anteriormente. Pero hay que denunciar el despropósito constitucional y la extrema injusticia que se está cometiendo. Han pasado 15 años desde su última vista.
¿Cuándo le correspondería la siguiente?
Por ahí se ha citado el año 2026, pero eso es algo más complicado. Tan sólo es una vista interna a la que están obligados por ley, y no lo han hecho en el pasado, no es una consideración total como la que acabamos de tener, sino una revisión del estatus en la prisión. Lo que la Comisión acaba de hacer es prolongar su condena, ya que Leonard sólo tendrá una nueva posibilidad real dentro de 15 años, con 95 años. Supone su muerte en prisión.
O la otra posibilidad sería que el presidente tuviera clemencia o lo indultara.
Eso es.
Con este ambiente tan polarizado que se vive en el país... Quizás tras las elecciones.
Kevin Sharp es el abogado que se ocupa del tema de la clemencia. Durante la Presidencia de Bill Clinton se estuvo cerca y no se pudo entonces. No puedo avanzar más, habrá que ver qué situación política tenemos. Esperamos que el abogado Sharp tenga éxito.
¿Cuál es la diferencia entre usted y él?
Hay dos equipos, uno de ellos se fija más en el plano político, trabajan por que se le otorgue el perdón o la clemencia, aunque también contiene un importante elemento jurídico, pero ése sería un equipo. Después estamos el equipo estrictamente legal, que trabajamos su caso dentro de Estados Unidos, litigamos en los tribunales pero también lo elevamos a otros organismos como la ONU o la OEA.
Al ser un prisionero de la legislación antigua, tiene derecho a estas audiencias de libertad condicional. Pero no olvidemos que éstas han sido calificadas de arbitrarias por el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria. Las consideran fundamentalmente erróneas en términos de debido proceso y equidad.
¿Leonard Peltier le ha compartido algún mensaje?
Él llama a la gente a que denuncie. Acabamos de pasar el 4 de julio, se habla mucho de independencia. Hay que levantar la voz, protestar sin miedo. Leonard cree que esta decisión muestra el punto débil del sistema, y por eso pide que se reconozca lo que ocurrió aquel día, que se entienda la persecución política que está ocurriendo y que se desafíe esta decisión, pacíficamente pero públicamente.
¿Cómo se siente actualmente?
Leonard tiene esperanzas y es resistente, una de las cosas que más me llaman la atención es su resiliencia. No sé cómo lo hace, lo hace con una sonrisa, con una carcajada que me dirige. Está triste naturalmente y decepcionado, quiere irse a casa, pasar el tiempo que le queda con sus hijos e hijas, nietos y nietas con su gente y su comunidad. Pero sabiendo que este Gobierno no ha sido de demostrar su culpabilidad sin alterar y manipular las pruebas, sin la intimidación e incluso abuso de testigos, que también intentaron con Leonard.
La reconsideración para dentro de 15 años es darle una sentencia de muerte a Leonard. Él lo tiene claro, y nosotros también.