Tras ganar en Roland Garros, Carlos Alcaraz repitió éxito en Wimbledon, donde volvió a vencer a Novak Djokovic como ya hiciese en la edición del año pasado, en esta ocasión con una superioridad todavía mayor. El murciano pasó por encima del serbio, que solo plantó cara en el tercer y último set del partido, que finalmente se decidió con un tie-break a favor del primero, que está protagonizando una temporada de ensueño.

A sus 21 años, el de El Palmar se convirtió en el sexto jugador masculino que logra el doblete mencionado, además de igualar los cuatro Grand Slams cosechados por Manolo Santana en su momento. Pese a su bisoñez, ya acumula la suficiente experiencia al más alto nivel como para controlar los nervios que sí tuvo el año pasado y eso le permitió doblegar con mucha solvencia al tenista más laureado de la historia.

No solo eso, le superó con una solvencia inusitada, la que reflejan los dos primeros sets, en los que Djokovic fue incapaz de contrarrestar la velocidad y precisión que Alcaraz le imprimió a sus bolas. Y eso que el primer juego del encuentro fue un auténtico duelo al sol, una pelea que se prolongó por espacio de catorce minutos, en los que el a la postre vencedor dispuso de hasta cinco oportunidades de ruptura, algo que materializó.

Como si fuese algo premonitorio, a partir de ahí ya no tuvo contrincante, pese a que Djokovic tampoco falló en exceso, pero se encontró enfrente con un adversario mejor que él y que le impidió alcanzar los ocho Wimbledon de Roger Federer. Con una calma impropia de su edad, Alcaraz fue acumulando juegos en su casillero hasta firmar un insultante 6-2, que no hizo sino afianzar su plan de juego ante un “Nole” que pagó su rabia con la red.

IMPOLUTO MANEJO

La dinámica no varió un ápice en el segundo set, que se resolvió por idéntico tanteador, confirmando que el devenir de la contienda no fue fruto de la casualidad o la mala suerte del balcánico, sino del impoluto manejo del encuentro del murciano. Con sendos 6-2 en contra, a Djokovic solo le quedaba repetir la hazaña de levantar dos sets, tal y como hizo en la final de Roland Garros de 2021 frente a Tsitsipas, pero claramente no era el día.

Lo intentó con un sexto juego del tercer set en el que dispuso de su primer break desde el parcial inicial, pero Alcaraz desactivó la posibilidad de un cuatro iguales e incluso dispuso de un 40-0 con tres puntos de partido. Fue su peor momento, pues no supo cerar el encuentro, que derivó en un tie-break decisivo. Ahí sí que no perdonó el murciano que, con 5-4 a su favor, se permitió el lujo de una precisa dejada, antesala de su segundo triunfo seguido.