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Al menos 141 palestinos muertos en un sangriento fin de semana en Gaza

Al menos 141 personas murieron y unas 400 resultaron heridas en ataques israelíes el fin de semana. El sábado, al menos 90 desplazados fallecieron en Al Mawasi en una área catalogada por el Ejército israelí como «segura». El campamento de refugiados de Shati, en el norte, y una escuela de la Unrwa en Nuseirat también fueron atacados.

La escuela Abu Oreiban de la Unrwa, en el campo de refugiados de Nuseirat, fue bombardeada ayer. (Eyad BABA | AFP)

Los ataques aéreos israelíes en la Franja de Gaza el pasado fin de semana dejan un sangriento balance. Al menos 141 palestinos fallecidos y 400 heridos. El bombardeo más trágico tuvo lugar el sábado contra cientos de tiendas de desplazados en Al Mawasi, en el sur de Gaza, un área catalogada previamente como «zona humanitaria segura» por el Ejército israelí. Al menos 90 personas murieron y 300 resultaron heridas en dos ataques en los que se emplearon cinco misiles y otras tantas bombas. Testigos relataron que las tiendas ardieron y los cuerpos quedaron tendidos por todas las partes, muchos de ellos en pedazos. Los heridos fueron trasladados al centro médico Al Nasser, ya sin capacidad para atender a más pacientes.

Israel justificó este ataque diciendo que iba dirigido contra Mohammed Deif y Rafa Salama -jefe de las Brigadas Al Qasam y comandante en Khan Younis, respectivamente-, a quienes atribuye ser «dos cerebros de la masacre del 7 de octubre». Aunque el Ejército aseguró ayer haber matado a Salama, este extremo no fue confirmado y el sábado, el mismo primer ministro, Benjamin Netanyahu, admitió que no estaba claro que Deif hubiera fallecido en los bombardeos que, según el Ejército, tuvieron lugar en una zona cerrada gestionada por Hamas, «donde, según nuestras informaciones […] no había civiles» y que «la mayoría de las víctimas eran terroristas».

CONVERSACIONES EN VIGOR

Hamas negó que las conversaciones para el alto el fuego se hubieran suspendido tras el ataque de Al Mawasi. El portavoz Jihad Taha dijo que «no hay duda de que las horribles masacres afectarán a cualquier esfuerzo en las negociaciones», pero añadió que «los esfuerzos y empeños de los mediadores siguen en marcha». En un comunicado, Hamas resaltó que «los intentos de Netanyahu y su Gobierno de someter a nuestro pueblo con este nivel de crímenes sin precedentes fracasarán».

Las bombas también cayeron sobre el campo de refugiados de Shati, en el norte de la Franja, y sobre la escuela Abu Oreiban de la Unrwa en el campo de refugiados de Nuseirat, que acoge a cientos de desplazados internos. Según relataron los supervivientes, dos misiles impactaron en el piso superior de la escuela, lo que provocó al menos 17 fallecidos y unos 80 heridos.

El corresponsal de Al Jazeera en la zona informó desde el hospital Al Aqsa, adonde fueron trasladados los heridos, que vio sobre el suelo de los pasillos a mujeres y niños tendidos con graves quemaduras a causa de las bombas incendiarias que Israel arroja.

En vídeos difundidos por redes sociales se observa a cientos de personas corriendo a través del patio de la escuela, algunas cargando con heridos, mientras en la zona afectada decenas de civiles trataban de desenterrar a quienes quedaron atrapados entre los escombros, entre ellos un niño.

El Ejército justificó este nuevo bombardeo contra una infraestructura educativa asegurando que esta «servía como escondite e infraestructura de operaciones desde la que se planearon y llevaron a cabo ataques contra las fuerzas armadas». Dijo haber tratado de «mitigar el riesgo de herir a civiles» utilizando municiones de precisión y otras medidas adicionales de inteligencia».

Sin embargo, Adnan Abu Hasna, asesor de medios de la Unrwa, aseguró que «nadie» les contactó «informando de la presencia de milicianos dentro de la escuela» y recordó que unas 550 personas han muerto en ataques similares.