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Von der Leyen afronta su examen final para ser reelegida presidenta de la Comisión

Ursula Von der Leyen se prepara para la sesión de «investidura» del jueves en la que aspira a ser reelegida presidenta de la Comisión Europea. Necesita 361 votos a favor de los 720 europarlamentarios y confía en el apoyo de populares, socialdemócratas, liberales y verdes pero apura los contactos para evitar una crisis institucional sin precedentes.

Ursula Von de Leyen, presidenta de la Comisión Europea y candidata a la reelección. (John THYS | AFP)

En el tercer piso del edificio principal del Parlamento Europeo en Bruselas, donde se ubican las salas de protocolo, hace días que la máquina de café está permanente preparada para reuniones entre Ursula von der Leyen con eurodiputados clave. El objetivo es claro: la mitad más uno deben dar un «sí» a la alemana.

Con un voto secreto en el Parlamento Europeo durante dos horas el próximo jueves, la presidenta de la Comisión Europea afronta el momento más delicado de su intento de volver a liderar la institución durante cinco años más.

Apenas hubo dudas de que recibiría la nominación de su Partido Popular Europeo y nunca estuvo en cuestión que los suyos ganarían los comicios. Tampoco se esperaban grandes obstáculos entre los jefes de Estado y de Gobierno, que debían nominarla; el gran examen final siempre estuvo en el hemiciclo de la nueva Eurocámara tras las elecciones.

Y es que los comicios dejaron un Parlamento Europeo en el que la mayoría que sostuvo a Von der Leyen en la pasada legislatura -de populares, socialdemócratas y liberales- será más estrecha, al tiempo que la extrema derecha, aunque dividida en tres grupos diferentes, suma casi una cuarta parte de los escaños.

La alemana ha buscado ampliar esa mayoría mirando hacia su izquierda, con unos Verdes mucho más abiertos a formar parte de la coalición para toda la legislatura, en lugar de a su derecha, donde no ha negociado activamente con el grupo ultraconservador en el que militan los eurodiputados de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y rechaza de plano a los grupos más radicales.

Von der Leyen se ha saltado incluso la cumbre de la OTAN en Washington esta pasada semana para trabajar en su reelección: ha recibido a eurodiputados en su despacho de la Comisión Europea, pero también ha pasado mucho tiempo en la Eurocámara, desde las reuniones de grupo de populares, socialdemócratas, liberales y verdes hasta la sala de protocolo donde ha recibido a delegaciones pequeñas o incluso eurodiputados individuales.

NO HAY DISCIPLINA DE VOTO

Su equipo tenía claro desde el principio que tratar de ganarse a grupos enteros para una decisión en la que no hay disciplina de voto era estéril y que sería más útil garantizarse escaños clave que pudieran mover incluso a otros, según explican fuentes de su equipo, con contactos de confianza en las capitales que puedan descolgar el teléfono para seguir haciendo cabildeo.

El voto que tendrá lugar a partir de las 13.00 del jueves 18 de julio es secreto, un arma de doble filo que permite no tener que rendir cuentas ni seguir una disciplina marcada por el partido.

Diferentes grupos en principio favorables a Von der Leyen estiman sus propias tasas de disenso entre el 10 y el 20%, cifra que incluye a quienes han anunciado su voto en contra pero que difícilmente detecta a los rebeldes que no se pronuncian en público.