Tercer entorchado para el Athletic gracias a Djaló e Iñaki Williams
El cuadro rojiblanco fue superior en el césped de Lasesarre ante un Osasuna que empató con Rubén García el tempranero gol de un Djaló efervescente. Con los primeros cambios en la segunda mitad, el mayor de los Williams decidió con un gol por la escuadra.
Pues ahora mismo es el Athletic el rey de la Euskal Herria Txapela, después de llevarse anoche su tercer entorchado en Barakaldo, superando a un Osasuna peleón de la mano de Álvaro Djaló e Iñaki Williams, autores de los dos goles bilbainos -Rubén García fue el goleador rojillo- y, junto con Beñat Prados, los más desequilibrantes sobre el césped de Lasesarre.
Por ocasiones, el marcador pudo llegar a ser más abultado para los de Ernesto Valverde, pero la factura de la jugada del primer gol bilbaino, una combinación colectiva remachada por Djaló, y el segundo tanto, un derechazo por toda la escuadra del mayor de los Williams compensó el desacierto en otras jugadas.
Sin hacer grandes alardes, el Athletic, muy distinto al conjunto que saltó a Las Llanas -podría ser el titular para el arranque liguero, con algún retoque suelto-, arrancó con ganas de ponerse por delante, a base de presionar muy arriba a un Osasuna que se vio acogotado en los primeros compases. Tanto es así que, después de varias aproximaciones en las que Aitor Fernández tuvo que estar ojo avizor, una combinación entre Herrera, Sancet y Prados acabó con un pase dentro del área del joven centrocampista que Álvaro Djaló, moviéndose como una anguila en las distancias cortas, se aprovechaba para anotar el primer gol del choque.
Osasuna se hallaba bastante agobiado y fuera de sitio, pero no tardó mucho en replicar. Empezó a presionar más arriba y tras una recuperación alta, un centro de Moncayola lo aprovechaba Rubén García para cabecear al fondo de las mallas de Padilla, superando a la pasiva zaga rojiblanca.
De a poco, los de Vicente Moreno igualaban el juego, aunque tuvieron que sobreponerse a jugadas de peligro de los leones. Una pérdida de Bretones terminó en un remate de Iñaki Williams al infinito; un centro de Djaló se envenenó y obligaba a Aitor Fernández a desviarlo a córner; y casi en tiempo de descanso, un heterodoxo remate de Yuri Berchiche en el saque de una falta lo apresaba el guardameta de Arrasate para mantener el empate a uno al descanso.
UN CHISPAZO
Aunque el ritmo bajó tras el receso, las oportunidades de Djaló, Berenguer y Sancet fueron el preludio del 2-1 definitivo, luego de los primeros cambios.
Djaló volvía a desequilibrar por la izquierda y su pase a Iñaki Williams dejaba en el delantero rojiblanco la guinda de la final, con un derechazo que se colaba por la escuadra de Aitor Fernández.
Con el 2-1 en el marcador, un empujón de Yeray sobre Iker Muñoz dentro del área que la colegiada Olatz Rivera no pitó fue el momento de mayor zozobra para el Athletic, así como una falta lateral que Budimir no pudo rematar. Por contra, el Athletic tuvo oportunidades de sobra para sentenciar, pero tuvo que conformarse con ganar, que no es poco, aun en pretemporada.