Arrasate y Moreno, primer duelo en sus vidas deportivas cruzadas
Ambos técnicos, que mantienen una cordial relación, han dejado su impronta, ya pasada, tanto en Osasuna como en Mallorca y ahora verán, en la segunda jornada liguera, cómo intercambian banquillos en El Sadar, a la búsqueda de su primera victoria.
Este sábado se disputará el 36º Osasuna-Mallorca oficial, pero con una particularidad muy especial. Los respectivos inquilinos de los dos banquillos tendrán enfrente a rivales en los que han dejado huella como técnicos. En esa suerte de recientes vidas deportivas cruzadas, Jagoba Arrasate y Vicente Moreno vivirán un duelo muy singular, con los papeles cambiados, aunque con la cordialidad que ha caracterizado su relación mutua.
De hecho, después de que se hiciese público el final de ciclo del de Berriatua en el cuadro navarro y se conociese la llegada del valenciano al banco rojillo, el preparador vasco se ofreció a contactar con su homólogo para intercambiar información y posteriormente el de Massanassa confirmó tal conversación. Lo que no llegó a trascender fue el contenido de dicho encuentro dialéctico, aunque a buen seguro que ambos técnicos se habrán guardado con picardía qué cartas van a poner sobre el tapete de El Sadar para derrotar a su adversario.
La última vez que se vieron las caras en una situación similar fue hace poco más de tres años -14 de agosto de 2021-, cuando Moreno dirigía a un Espanyol que arrancó un punto con un empate sin goles y del que saldría de manera abrupta en el tramo final de esa campaña por desavenencias con Raúl de Tomás, después de que la junta directiva periquita se pusiese del lado del futbolista.
Poco se podían imaginar ambos entrenadores que, pasado tan poco espacio de tiempo, se iban a invertir los papeles. Lo cierto es que tanto Arrasate como Moreno se van a medir a clubes en los que han gozado de una cuota de protagonismo tan positiva que ya forman parte de su historia más reciente de éxitos.
LOGROS MUTUOS
Baste recordar los logros obtenidos por el vizcaino durante su estancia en Iruñea, empezando por un ascenso a Primera, posteriores permanencias de manera holgada, la disputa de una final copera y la participación en la Conference, amén de haber dejado un legado de canteranos llamados a ser muy importantes en el futuro a corto y medio plazo de la entidad rojilla.
El paso de Moreno por el Mallorca también tiene su indudable mérito. Para empezar, por haber logrado algo poco habitual, dos ascensos consecutivos. 132 encuentros dirigiendo al bloque bermellón, 38 de los cuales lo fueron en Primera, son un bagaje lo suficientemente extenso como para ponerlo en valor.
Aterrizó en el club balear en la 2017-18, coincidiendo con una crisis deportiva, pues el primer equipo se había precipitado al pozo de la Segunda B, cuando apenas cinco cursos antes estaba en la máxima categoría. Cumplió con la obligación de retornar a la escuadra mallorquina a plata, contando en aquella plantilla con algunos futbolistas que todavía defienden la misma camiseta, caso de Raíllo y Abdón Prats.
Pocos podían esperar que esa dinámica ascendente se pudiera mantener también en Segunda, pero la realidad es que se clasificó en quinta posición la campaña en que Osasuna logró su último ascenso de la mano de Arrasate y siendo campeón de la categoría.
El Mallorca eliminó a Albacete y Deportivo en los siguientes cruces de play-off y se sumó a rojillos y Granada como nuevos conjuntos de Primera, destacando ya en aquel plantel Estupiñán y Budimir, que acabarían defendiendo la elástica osasunista.
Pese a los trece goles del ariete croata y la presencia de jugadores tan talentosos como Kubo, el cuadro insular no rindió al nivel suficiente como para materializar la salvación y Moreno acabó en ese momento su singladura marchándose al Espanyol.