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LAS CONSECUENCIAS DE LA CRISIS CLIMÁTICA

Alertan de cambios irreversibles en los oceános, con el Pacífico al límite

Más del 90% del calor excesivo acumulado por las emisiones de gases de efecto invernadero ha sido absorbido por los océanos, que están experimentando «cambios que serán irreversibles en los próximos siglos», advierte la Organización Meteorológica Mundial. El secretario general de la ONU alertó ayer del riesgo que corren las islas del Pacífico y emplazó a actuar con urgencia.

Las olas a punto de impactar contra viviendas en la costa de California, también amenazada por el aumento del nivel del mar. (Mario TAMA | AFP)

Los océanos han absorbido más del 90 % del calor excesivo acumulado por las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero desde 1971, lo que está generando en ellos cambios irreversibles. Esta es una de las conclusiones del informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el estado del clima en el suroeste del Pacífico en el año 2023, presentado ayer en Tonga por la secretaria de la entidad, Celeste Saulo, y el secretario general de la ONU, António Guterres, que está de visita en el país mientras se celebra el Foro de las islas del Pacífico.

El documento indica que el deshielo en Groenlandia y en la Antártida, sumado a la alta absorción del calentamiento global por los océanos, está añadiendo agua a las grandes masas del planeta, que a su vez incrementan su temperatura y se expanden, lo que conduce a la subida de sus niveles.

«Se espera que los 2.000 metros superiores del océano sigan calentándose debido al calor excesivo acumulado en el sistema de la Tierra por el calentamiento global, un cambio que es irreversible en escalas temporales de siglos y milenios», advierte el informe.

En este alarmante contexto general, las islas del Pacífico están en «primera línea» por su alta exposición a las consecuencias de la crisis climática, incluyendo ciclones tropicales e inundaciones, y fenómenos como una erupción volcánica que generó un tsunami y una fuerte producción de vapor en 2022. Esas islas, de hecho, peligran por el «desbordamiento» del océano, alertó Guterres, quien apostilló que la subida media de los mares en todo el mundo se produce a una velocidad sin precedentes.

Entre 1993 y 2023, la subida del nivel del mar mediana fue de 9,4 centímetros, pero en el Pacífico tropical, en ese periodo, fue superior a 15 centímetros en algunos puntos, y en un escenario de calentamiento de 3 grados centígrados (al que nos encaminamos), el nivel del mar en la región puede subir otros 15 cm hasta 2050.

Asimismo, entre las consecuencias del calentamiento global que la OMM y la ONU instan a frenar de inmediato, además de la subida del nivel del mar, se hallan la mayor intensidad y frecuencia de las olas de calor marinas, más calor en la superficie y en el interior del océano, y más acidificación. Cada uno de estos fe- nómenos cuenta a su vez con sus propias ramificaciones.

«Se necesitan ahora recortes profundos, rápidos y sostenidos en las emisiones de gas invernadero globales para mantenerse en una trayectoria de calentamiento a largo plazo de 1,5 grados», insta el informe de la OMM, que considera necesario mejorar la adaptación costera e invertir en resiliencia en todo el mundo, «especialmente en las islas pequeñas».

GRANDES MEGAURBES EN PELIGRO

Más allá de las ínsulas, António Guterres también advirtió de la amenaza real de un deshielo de Groenlandia y el oeste antártico, que pondrían en peligro grandes aglomeraciones como Los Ángeles, Lagos y las megaurbes asiáticas de Shanghái, Bombay y Daca.

El secretario general de las Naciones Unidas, que ha hecho de la crisis climática una de las principales banderas de su mandato, da por descontado que se producirá una subi- da de un metro en el nivel del mar en el mundo, pero insistió en que depende de la acción humana «la escala, el ritmo y el impacto» de ese aumento.

«Los gases de efecto invernadero están cocinando nuestro planeta, y el mar se está llevando literalmente la peor parte: ha absorbido más del 90% del calentamiento en los últimos 50 años», reiteró.

Este aumento del nivel marino arruina la industria pesquera, agosta los cultivos y contamina el agua potable, recordó Guterres, quien insistió en que aunque sus consecuencias son más visibles en las pequeñas islas del Pacífico, que sufren una amenaza existencial, también afectarán a unas mil millones de personas en áreas costeras de otros países.

Destacó que solo limitando el aumento global de las temperaturas a 1,5 grados, en línea con los compromisos adquiridos en los Acuerdos de París, «tendremos una posibilidad de luchar para prevenir el irreversible colapso de Groenlandia y el oeste antártico».

Y especifícó que avanzar hacia ese objetivo «significa recortar para 2030 las emisiones actuales en un 43% comparado con los niveles de 2019, y un 60% en el horizonte de 2035». El reto es mayúsculo.

A juicio del político portugués, la respuesta deben liderarla los países del G20, que son «los mayores emisores -producen un 80% de gases invernadero- y tienen la mayor capacidad y responsabilidad de ponerse al frente».

Según apostilló, esos países deben, primero, «cumplir sus promesas hechas en la COP28 de triplicar la capacidad de las renovables, duplicar la eficiencia energética y acabar con la deforestación para 2030» e impulsar la financiación global por la adaptación climática y llevarla a los 40.000 millones de dólares para 2025.

«La crisis climática -concluyó- va a crecer hasta una escala casi inimaginable, sin un bote salvavidas que nos devuelva a un lugar seguro. Pero si salvamos el Pacífico, nos salvamos a nosotros mismos».