Raimundo FITERO
DE REOJO

Humor anaranjado

Tuvimos años gloriosos disfrutando de un programa televisivo al que llamaron “Humor amarillo” y su gracia estaba en las imágenes no editadas de un programa televisivo asiático y un doblaje que creaba una capa de aproximación humorística al que se ofrecía. Es muy posible que dentro de unos años recordemos estos meses como una incipiente muestra de un demoledor humor anaranjado, es decir, el deterioro de credibilidad de un supuesto imperio encabezado por los vaivenes de humor o de hiel de su presidente residente, Donald Trump, y su cuadrilla de asesores y palmeros que recuerdan a algo con menos humor, a Don Corleone.

De acuerdo, no está loco, no improvisa, cumple un plan, pero ¿con qué objetivo? Ahora hay sospechas más de que fundadas que lo de los aranceles de quita y pon son una de las partes más llamativas de la Gran Estafa pertrechada con la bajada del precio de las acciones, la compra a la baja de allegados y familiares de Trump y la subida disparada en pocas horas. Información privilegiada es el material para este enriquecimiento súbito de unos pocos accionistas.

Es bien cierto que su equipo de intoxicación nos proporciona diariamente material para entrar en el humor anaranjado que se parece ya a una peste, pues los cambios de orientación son difíciles de seguir. China no se arredra. China planta cara. Trump recula, recuerda su antigua y sentida amistad con Xi Jinping y declara que está esperando la manera de negociar para llegar a acuerdos. Y, mientras tanto, a Putin no le molesta nadie en su trayectoria bélica. Los chinos dicen: “ahola no es de leil”.