Ramón SOLA
OSASUNA

La victoria más «taliboina»: siete navarros a la vez en el césped y tres muy felices

Lo ocurrido ante el Girona fue algo inédito hace muchos años. Unai García fue ovacionado, Ibáñez dio el triunfo y Moncayola despuntó físicamente.

Areso e Ibáñez, entre otros rojillos, celebran el 2-0 del de Mutiloa.
Areso e Ibáñez, entre otros rojillos, celebran el 2-0 del de Mutiloa. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Con alguna salvedad muy puntual, hay que remontarse casi a los 80 para encontrar siete futbolistas navarros sobre el césped con la camiseta de Osasuna. La norma desde los 90 ha sido que su número oscile entre 4-5, una media en cualquier caso muy destacable para la demografía del herrialde y el nivel de la Liga. Los «taliboinas», etiqueta irónica habitual en redes para quienes consideran que Osasuna debe basarse aún más en la cantera de Tajonar, tuvieron sin duda una gran tarde el domingo ante el Girona.

Tras los cambios introducidos por Vicente Moreno en el minuto 78 -Iker Muñoz y Kike Barja por Torró y Catena- Osasuna jugó los 20 minutos restantes con siete jugadores navarros. Los dos que habían entrado se sumaron a Areso, Herrando, Aimar Oroz, Moncayola y Pablo Ibáñez. El número se mantuvo luego con la entrada de Unai García por Oroz, navarro por navarro.

GOL, PULMONES Y CORAZÓN

La aportación local no solo fue destacada a nivel cuantitativo, sino también cualitativo. En tres parámetros diferentes: el goleador, el físico y el emocional. Así, el 2-0 fue obra de Pablo Ibáñez con un buen zurdazo desde la frontal. Resultó ser el primer gol del de Mutiloa en El Sadar. ¿Y también el último? A dos meses de que acabe contrato, las posiciones de sus representantes y el club siguen muy alejadas. Una situación inesperada para un jugador que parece «made in Osasuna» aunque no tenga garantizada la titularidad. Si alguna de las dos partes no da su brazo a torcer, el héroe de la semifinal copera de San Mamés cambiará de aires.

El hombre más destacado de los rojillos fue otro navarro: Jon Moncayola estuvo en todas partes. Las impresiones del público se confirmaron luego con los datos de Mediacoach: corrió 12,2 kms, obligado por un Girona que acumuló 68% de posesión, y de ellos 843 metros fueron a máxima intensidad, con 38 esprints acumulados. Los pulmones del de Garinoain están a prueba de bomba.

También el corazón de Unai García, que agradeció con emoción la ovación sostenida que recibió a su entrada al campo. Eran los primeros minutos ligueros para el central de Eskirotz, lastrado por las lesiones desde hace un par de años y al que no se relevará el contrato. El capitán cumplió y seguramente tendrá más oportunidades en este final de Liga, con la salvación ya prácticamente atada. Compañeros como Catena han destacado su aportación en los entrenamientos.