DEC. 02 2013 MUERTE DE IÑIGO CABACAS Identificado el mando que ordenó «entrar con todo» al callejón Según documentación oficial que obra en poder de GARA, el ertzaina con número profesional 3316 y señalado públicamente como «Ugarteko», el que ordenó «entrar con todo» en el callejón donde mataron a Iñigo Cabacas, corresponde con la identidad de Iñaki Larrea, de la tercera promoción. El comisario jefe del dispositivo, con número profesional 3325, aparece identificado como Raúl Alberto Otaola. Iñaki IRIONDO GASTEIZ Pese a la escasa transparencia con la que el Departamento de Interior de Rodolfo Ares primero, y el de Seguridad de Estefanía Beltrán de Heredia ahora, están llevando el caso, comienzan a conocerse identidades de mandos que estuvieron al frente del operativo de la Ertzaintza que acabó con la vida de Iñigo Cabacas el 5 de abril de 2012. Uno de esos mandos aparece nombrado en las diligencias judiciales por el número de identificación profesional 3316. Este agente ha sido identificado públicamente por la acusación que ejerce la familia Cabacas como la persona que coordina el operativo policial por radio desde la comisaría de Deustua y que en las conversaciones responde al sobrenombre de «Ugarteko». Es él quien da la orden de cargar y, en concreto, ordena «entrar con todo» en el callejón donde se produjo la muerte de Cabacas. Según documentación oficial que obra en poder de GARA, el número profesional 3316 corresponde a Iñaki Larrea Arrutia. Este diario, en base a esa documentación, dispone también de su número de DNI. Se trata de un agente de la tercera promoción de la Ertzaintza, que entró en la Academia de Arkaute en noviembre de 1983 y que comenzó a trabajar en junio del siguiente año. Se trata, por tanto, de uno de los veteranos del cuerpo. Pasó un tiempo destinado en Donostia. A finales de 2010, optó a una de las veinte plazas de comisario de la Escala Ejecutiva de la Ertzaintza que salieron a oposición. Fue admitido en el proceso selectivo, pero finalmente no obtuvo el cargo. «Entrar con todo» La trascendencia del papel de «Ugarteko» en la actuación policial que derivó en la muerte de Iñigo Cabacas adquirió especial relevancia cuando GARA y NAIZ hicieron públicas las grabaciones de las conversaciones que la central de Deustua de la Ertzaintza mantuvo con los mandos de las furgonetas desplegadas junto al callejón de María Díaz de Haro. Enorme impacto causaron sus palabras ordenando «entrar con todo». Según las grabaciones, el jefe de la patrulla 2 que está en el lugar, al recibir la orden de entrar en el callejón y desplegarse «en la Herriko», se toma tres minutos y explica que «aquí la situación está controlada, es gente que está dentro de la zona, y en principio es que aquí realmente no estamos... ahora mismo no hay ningún altercado». Pese a ello, «Ugarteko» responde de manera tajante: «A ver, le repito las órdenes para que queden bien claras. Se lo acabo de comunicar al suboficial de grupo que está trabajando. Entren al callejón con todo lo que tenemos, entren a la Herriko, controlan la situación y los que haya que puedan ser posibles agresores se les controla o se les echa, y se toma toda la posición. Y entonces estará la situación controlada». Los abogados contratados por el Gobierno de Lakua para defender a los ertzainas en la causa por la muerte de Iñigo Cabacas han tratado de restar responsabilidad a «Ugarteko», aduciendo que dos segundos antes de que ordenara «entrar con todo» ya constaba la recepción de una llamada en SOS-Deiak avisando de la existencia de un herido por un pelotazo. Esta versión obvia que para entonces ya se habían producido cargas que se habían ordenado desde Deustua, y que el propio «Ugarteko» dice que ya ha trasmitido anteriormente esa misma orden a otro mando que está sobre el terreno. El mando 3325 Diversas declaraciones de los agentes de la Ertzaintza que intervinieron en el operativo recogidas en el sumario, coinciden en que en el lugar en el que se estaban produciendo los hechos había un mando de paisano al que todos ellos atribuyen tener mucho poder. Por su parte, el entonces director de la Ertzaintza, Antonio Varela, declaró en el Parlamento el 12 de abril de 2012 que al frente del operativo de aquella noche estaban «dos de los mejores profesionales que tenemos en la Ertzaintza, dos personas con una trayectoria muy importante. Uno de ellos es el jefe de Bilbao [Jorge Aldekoa], que acaba de ascender a intendente.(...) Y el segundo, el segundo suyo, que estaba allí también y que se desplazó inmediatamente al lugar de los incidentes, es una persona que ha sido subjefe de la Brigada Móvil, precisamente, un profesional con muchos años de experiencia». Según consta en diligencias ante el juzgado, el comisario jefe del dispositivo era el agente con el número profesional 3325, que según la documentación en poder de GARA es identificado como Raúl Alberto Otaola. Además consta su DNI. Miembro también de la tercera promoción, perteneció a la Brigada Móvil, donde ya en 1987 tenía la categoría de cabo. Sin embargo, dada la confusión de denominaciones de los diversos mandos a los que alude la propia juez instructora, no es posible establecer si 3325 es el mando que elogia Varela. Pero según documentos de la acusación sí está fijado que tuvo responsabilidad en los hechos. La anterior consejería empieza a señalar al nuevo jefe policial, Jorge Aldekoa El paso del tiempo, el haber dejado ya las responsabilidades directas de la consejería y el nombramiento de Jorge Aldekoa como nuevo jefe de la Ertzaintza parecen haber refrescado la memoria de altos cargos del anterior departamento, que en privado e incluso en público han empezado a destacar y criticar el papel del nagusi de la comisaría de Bilbo en el dispositivo del 5 de abril de 2012. Para las altas esferas del Departamento de Interior que dirigió Rodolfo Ares no ha pasado desapercibido, y así lo han destacado ante quien han creído oportuno, que el portavoz del actual Gobierno autonómico, Josu Erkoreka, reconociera que Aldekoa había participado en la reunión preparatoria del dispositivo policial del día en el que acabó muriendo Iñigo Cabacas. Se trata de un dato sobre el que los abogados de la familia habían estado incidiendo sin haber obtenido respuestas claras con anterioridad. Por otra parte, también desde el anterior Departamento se ha criticado ante medios de comunicación la «dejación de funciones» que hizo aquella noche, siendo el máximo responsable de la comisaría de Bilbo. En declaraciones realizadas a «El Correo», estas fuentes de la consejería de Ares denunciaron que Jorge Aldekoa tardó desde la noche del jueves hasta el sábado en reconocer que las heridas de Cabacas podían ser de una pelota de goma, y le atribuyen datos que luego hicieron públicos los máximos responsables del Departamento de Interior. «Hasta que tres ertzainas admitieron haber disparado, él no lo contemplaba. Ni siquiera escuchó las grabaciones internas en las que se escuchan los disparos. Decía que había aparecido una porra extensible en el escenario. Esa tardanza condicionó toda la reacción posterior», según estas fuentes del anterior equipo. I.I.