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La privatización del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia gana enteros

En la última década, agentes políticos y sindicales han alertado sobre la privatización de los distintos departamentos del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, de modo que son más los trabajadores subcontratados que los propios. En esa dinámica, LAB advierte de que el PNV se prepara para dar nuevos pasos en esa dinámica.


La denuncia sindical no es nueva y tampoco las diferencias entre el modelo de gestión por el que viene apostando el PNV en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) en contraposición al que defiende EH Bildu en el de Busturialdea. El dilema está en la subcontratación de servicios, como sucede en la mancomunidad que preside el jeltzale Ibon Areso, o la gestión integral del agua y del saneamiento en Urdaibai.

En ese contexto, la sección sindical de LAB en el CABB se ha concentrado durante diez días a la puerta de las oficinas centrales en el edificio Albia, en Bilbo, para reivindicar la readmisión de un trabajador. Este empleado se presentó en 2005 a los exámenes convocados para acceder a unas plazas de oficiales y operadores. Por esta vía, accedió a una bolsa de trabajo y ocupó una plaza en la planta de tratamiento de aguas residuales de Galindo, en Sestao. Al finalizar la vigencia de ese contrato, esta persona pasó a la presa de Undurraga, en Zeanuri, con un contrato de relevo que finalizó el 28 de noviembre.

La central no advirtió nada irregular en este proceder pero sí en que dos meses antes se contrató a otro trabajador para sustituir a un operador que había sacado una plaza en Galindo. Además, LAB desvela que «el gerente, Pedro Barreiro, se comprometió a no dejar en la calle a nadie, pasando del contrato relevo a uno de interinidad. Éste es -enfatizan- el único caso que conocemos que ha sucedido. Resulta además sospechoso porque el afectado es afiliado a nuestro sindicato».

Enmarcan lo ocurrido en el proceso emprendido «hace muchísimo tiempo» por los gestores del CABB, muchos de ellos destacados militantes jelkides, que «es la privatización de áreas de su servicio como son la explotación de diferentes depuradoras llave en mano, el mantenimiento de Galindo o la supervisión de la red del Consorcio». LAB teme que la mancomunidad quiera dar a una contrata la explotación de Undurraga, apostillando que otras instalaciones similares son gestionadas por firmas privadas. En el caso del dique arratiarra ahora cuenta con una plantilla de dos trabajadores cuando tuvo seis, y uno de ellos estaría a las puertas de la jubilación.

«En su día hubo una promesa de que Undurraga no se iba a privatizar, pero vemos que de manera encubierta el PNV opta por la privatización de los servicios, que no supone ni un ahorro económico ni un mejor servicio», manifiestan. Desde la central abertzale advierten de que no piensan cesar en las movilizaciones y en la denuncia pública, cuando la plantilla del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia ronda los 340 trabajadores y la de las contratas son unos 400. En dos ocasiones han tratado de reunirse con Barreiro pero no lo han logrado, por lo que esperan que el gerente se siente a dialogar.

Denuncian clientelismo político

Mientras se delega la gestión de la costosa infraestructura de abastecimiento y saneamiento a empresas, denuncian que los altos cargos y personal, que ocupa niveles medios de la estructura de la mancomunidad conformada por 81 municipios vizcainos, son jeltzales. Asimismo, desde la seccción sindical de LAB añaden que muchas de las personas que entran en las contratas son militantes de ese partido o familiares de estos.

Frente a ese modelo, saludan la decisión del Consorcio de Aguas de Busturialdea de optar por una nueva gestión integral del saneamiento y abastecimiento, contratando a los trabajadores a través de un concurso público, como prevén que suceda en la planta de tratamiento de aguas residuales de Lamiaran. Serán los encargados del control de las distintas infraestructuras en Urdaibai, algunas de las cuales serán automatizadas, como las depuradoras de Bermeo y Busturia.

Udal Sareak está camino de la disolución en el seno de la mancomunidad

Trece años después de que el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB) constituyera Udal Sareak, la sociedad pública para la gestión de la distribución del agua potable en 64 municipios, lleva camino de la disolución obligada por las nuevas normativas en vigor. Una de las consecuencias será, según apuntan desde la sección sindical de LAB, que la mancomunidad que preside Ibon Areso tendrá que absorber a sus cerca de veinte trabajadores.

Desde febrero de 2005, Udal Sareak actuaba en virtud de la encomienda de servicios efectuada por el Consorcio, explotando los sistemas de distribución de agua potable y la asistencia técnica a los ayuntamientos en la ejecución del plan de reposición de redes al que se comprometieron en integrarse. Controla más de 2.000 kilómetros de conducciones de abastecimiento y 300.000 vizcainos dependen de su servicio. Udal Sareak termina como lo hicieron los frustrados planes de internacionalización en Uruguay. A.G.