JAN. 20 2014 Interview RAJI SOURANI Fundador del Centro Palestino de Derechos Humanos «Gaza y Palestina sufren la peor situación desde la naqba, hace 65 años» Raji Sourani (Gaza, 1954) es un veterano activista, fundador del Centro Palestino de Derechos Humanos, y vicepresidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos. El pasado mes de diciembre fue galaronado con el Right Livelihood Award, el Nobel Alternativo, en reconocimiento a una larga carrera de 37 años en defensa de esta noble causa. Este incansable abogado que en tantas ocasiones ha ejercido de anfitrión de los brigadistas vascos que han pasado la Franja de Gaza devuelve en esta ocasión su visita a Euskal Herria para promover a nivel institucional un apoyo efectivo a los derechos humanos. Koldo Alzola ¿Qué supone el reconocimiento del Nobel Alternativo a los Derechos Humanos, tanto a nivel personal como para su organización y, en general, para la lucha por los derechos humanos en Gaza? Se critica al Nobel de la Paz por ser selectivo, muy politizado y obedecer a los intereses de los gobiernos. Adolece de una dimensión de reconocimiento a la lucha por los derechos humanos; de hecho, no hay premio Nobel a los Derechos Humanos. Por eso crearon este Nobel Alternativo, desde la base, muy social y consensuado por personas ajenas a la política. Se premia un caso y una causa, ambas, y en esta ocasión son los miles de palestinos que han perdido sus vidas, sus familias, su propiedad, a causa de los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados por la ocupación israelí. Son los casos por los que he luchado durante los últimos 37 años de mi vida. Y la causa es la causa palestina. Es muy alentador recibir este reconocimiento, traer este calor solidario desde el profundo frío del norte de Europa. También supone un reconocimiento al movimiento a favor de los derechos humanos. en Palestina. Este premio llega, además, cuando Gaza y Palestina están totalmente abandonadas y padeciendo la peor situación desde que hace 65 años comenzara la naqba (el desastre). Significa mucho para nosotros, que el mundo no nos ha olvidado, que no estamos en la dirección equivocada de la historia. ¿Se ha agravado la situación en Gaza tras el golpe militar en Egipto y el derrocamiento del Gobierno de Mohamed Morsi? Desde el 3 de julio, la situación en Gaza ha empeorado a un nivel sin precedentes respecto a su relación con Egipto. Hay una fuerte restricción de movimientos. Esta situación se está agravando y no se prevé ningún cambio en el futuro. Pero tenemos que recordar, más allá de que Egipto es como un hermano mayor para Gaza, que la ocupación de la Franja continúa en sus formas legales y físicas, que la ocupación militar israelí tiene una responsabilidad legal y política en Gaza y que la otra parte de nuestra nación no es Egipto, es Jerusalén y Cisjordania, y que la movilidad entre Gaza y Cisjordania sigue restringida en los últimos quince años. El 99,9% de la población de Gaza no tiene posibilidad de moverse a Cisjordania y los de allí no pueden pasar a Gaza, ni bienes de primera necesidad. Tuvimos un aeropuerto en Gaza y estuvimos conectados al resto del mundo. También tenemos el mar, pero no nos sirve de nada. La ocupación nos niega el acceso por tierra, mar y aire. Si sumas la ocupación Israelí y su responsabilidad y el problema de Egipto la situación puede llegar a ser insostenible. La situación humanitaria en Gaza es especialmente crítica como consecuencia de las recientes inundaciones por la falta de recursos. ¿El agua y el acceso al agua potable es una de las principales urgencias? Después de siete años de cerco, tenemos el peor desastre artificial de nuestra historia. Es terrible que Europa siga impasible. Tenemos una tasa de desempleados del 65%, un 90% de la población vive bajo el umbral de la pobreza y un 85% depende para sobrevivir de organizaciones caritativas como el programa de alimentos de la UNRWA. Y no es que seamos vagos o una nación de mendigos. Tenemos uno de los porcentajes más altos del mundo de licenciados universitarios, la clase obrera más capacitada de la región, y un sector empresarial fortísimo... pero no nos dejan hacer nada. No podemos ejercer nuestra humanidad. Nos quieren totalmente dependientes de la ayuda internacional. La UNRWA ya lo advirtió en 2008: solo queda agua para los próximos quince años, y la que hay no es potable. El acuífero subterráneo se está secando y el agua está cada vez más contaminada y más salada. Por un lado está el bloqueo y por el otro, dos guerras, y nada mejora mucho después de dos guerras. El pueblo no tiene capacidad para reconstruir sus casas demolidas, las universidades, los hospitales, lo que tuvimos en Gaza. Ahora, este invierno está siendo muy duro y demasiado lluvioso, e Israel ha abierto las compuertas de sus presas... no sabemos por qué, pero generosos no son... puede que sea para crearnos otros problemas añadidos; por si tuviéramos poco en Gaza, ahora inundaciones... hay áreas en Gaza donde no se puede pasar ni en coche ni en tractor. La ayuda internacional está evitando el colapso humanitario en Gaza, pero al mismo tiempo los gobiernos europeos mantienen relaciones diplomáticas preferenciales con Israel. ¿Echa de menos, más allá de la caridad, un compromiso político más claro por parte de esos gobiernos que ponga fin al bloqueo de la Franja? El apoyo humanitario es siempre necesario e importante. Pero la situación en los territorios ocupados y en Gaza en particular es única. A través de la ayuda humanitaria es Europa la que está pagando el coste de la ocupación, que a Israel le sale muy barata. En segundo lugar nadie pide cuentas a Israel; al contrario, EEUU y Europa le brindan impunidad legal y política. Y en tercer lugar no hay horizonte aparente para el fin de la ocupación. La comunidad internacional debería garantizar unas condiciones mínimas, es decir, el derecho de movimiento para bienes de primera necesidad e individuos. A día de hoy Gaza es para la comunidad internacional como una granja de animales, nos tiran algo de comida y medicinas, y ya está. Es una vergüenza. Todas las organizaciones internacionales de derechos humanos sin ninguna excepción deberían de clamar de manera unánime que se ponga fin a este bloqueo. ¿Cree que la campaña internacionales BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) a Israel es una herramienta efectiva? En la Conferencia Internacional Contra el Racismo en 2001 en Durban (Sudáfrica), 1.176 organizaciones internacionales de la sociedad civil, frente a 17, declararon a Israel como régimen racista, que es una nueva versión del Apartheid, que es culpable de crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad. Israel ha suscrito un acuerdo de asociación con Europa cuyo artículo 2 dice que cualquier país que no respeta los derechos humanos, que lleva a cabo crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad de manera sistemática, debe ser juzgado. A tenor de ese artículo, deberían ser suspendidos el 70% de los privilegios de los que ahora mismo disfruta Israel. Europa se escuda en que ya hay un «certificado de origen» de los productos para que cada ciudadano europeo tenga la posibilidad de escoger. Vemos que los equipos de baloncesto y de fútbol israelíes juegan en las ligas europeas. ¿Por qué? Israel tiene un acuerdo con Europa de intercambio juvenil y miles de jóvenes europeos van a Israel todos los años a conocer «ese oasis de la democracia». ¿Por que recibe Israel ese tipo de compensación? Colaboración científica, académica... Europa está dando un trato de favor a Israel, lo está protegiendo, y eso es una vergüenza, porque anima a Israel a seguir perpetrando más crímenes. Dicho todo eso, intentamos que Israel rinda cuentas de alguna manera. Que al menos deje de recibir tantos privilegios. Esta campaña de BDS es una de las maneras en las que confrontamos a Israel, por medio de la gente de la calle, que puede marcar la diferencia cuando sus gobiernos no hacen nada. ¿Qué sentimientos le provoca la reciente muerte de Sharon? Lamentamos mucho que este hombre pase a la Historia sin responder por ninguno de sus crímenes. La historia de Sharon está llena de sangre y de sufrimiento del pueblo palestino. En 1948, y bajo su mando, mataron a 176 personas en el ataque a la localidad de Qibiya, cerca de Jerusalén. El objetivo era aterrorizar a los palestinos y forzarles a que huyeran de sus tierras. También la historia de Gaza ha estado especialmente marcada por evidencias de sus crímenes, como la masacre de Khan Younis, en 1956, cuando mató a alrededor de 460 personas. Y una larga lista de crímenes masivos, dirigidos particularmente contra los campos de refugiados, y especialmente durante los años 70, en los cuales había operativos todos los días en los que asesinaron a miles de personas y destruyeron cientos de miles de casas. En el año 82, en el sur del Libano, y estando él al mando del Ejército israelí, dio cobertura a los paramilitares falangistas que perpetraron las masacres de Sabra y Shatila en las que asesinaron a más de 3.000 personas en tres días... su trayectoria es una larga historia de crímenes, muerte y sufrimiento para el pueblo palestino y árabe, la de un asesino de civiles, mujeres y niños. Su historia será motivo de vergüenza. ¿Quiere añadir algo más para terminar esta entrevista? Estamos pasando por el momento más duro de nuestra historia. Desde la Naqba no hemos sufrido una situación tan dramática, y tan drástica como la que estamos viviendo ahora. Gaza, como ya dije, está sufriendo demasiado, es como un campo de concentración, como una granja de animales; Jerusalén está sufriendo un sistemático proceso de limpieza étnica; y Cisjordania es una nueva versión del apartheid impuesto al pueblo palestino. Pero, pese a todo ello y todas las dificultades, nosotros no nos rendimos. No tenemos derecho a rendirnos. Por lo tanto, elegimos resistir. Seguimos con la lucha y estamos convencidos de que hay un mañana, y que ese día de mañana la colonización y la ocupación serán algo de ayer. Somos conscientes, además, de que en esta lucha estamos llenos de optimismo, de un optimismo estratégico, y llenos de esperanza. Porque así nos lo ha enseñado la Historia, que ningún imperio colonial y criminal dura para siempre, y creo que Israel, más pronto que tarde, pagará caro por sus políticos. Después de su caída saldremos victoriosos. No en vano somos como las piedras del valle. Traducción: Tristán EIPSTEIN a merced «No nos dejan hacer nada. No podemos ejercer nuestra humanidad. Nos quieren totalmente dependientes de la ayuda internacional» Los dESECHOS «A día de hoy Gaza es para la comunidad internacional como una granja de animales: nos tiran algo de comida y medicinas y ya está» incombustibles «No nos rendimos. No tenemos derecho a rendirnos. Seguimos luchando, convencidos de que hay un mañana y que ese día la colonización y la ocupación serán el ayer» «Como ocurrió con Hamas, en Euskal Herria fracasó el intento de prohibir el voto del pueblo» En su visita a Euskal Herria se ha reunido con representantes institucionales, entre ellos el alcalde de Donostia, Juan Carlos Izagirre. ¿Qué compromiso demanda Gaza a las instituciones vascas? El alcalde de Donostia y sus compañeros son parte de una sensibilidad política a la que se les prohibió participar en las elecciones durante años, exactamente como ocurre con los partidos políticos palestinos y como ocurrió con Hamas. Finalmente les permitieron, participaron, y ganaron las elecciones con los votos del pueblo. Esta es una circunstancia muy especial y única, que marca también una semejanza, que de alguna manera nos relaciona a vascos y palestinos, dos pueblos que luchan por su autodeterminación e independencia. Y lo que le he pedido al alcalde de Donostia es algo muy simple: estrechar lazos, que venga a visitar Gaza. Sería un gesto de una gran transcendencia. Tenemos que intercambiar y actualizar información. El pueblo palestino necesita ese tipo de ayuda, somos mucho más fuertes si contamos con el apoyo de la gente libre y comprometida del mundo. Tenemos una relación excelente con Euskal Herria, con su sociedad civil y con los partidos políticos, y debemos fortalecerla aún más. EGIPTO. «Desde el golpe en Egipto, la situación en Gaza ha empeorado a un nivel sin precedentes. Pero hay que recordar que el problema es la ocupación israelí»