Si entre el 1 y el 13 de octubre se hubieran producido elecciones al Congreso en el Estado español, según el CIS el PP habría ganado con el 27,5% de los votos válidos emitidos, el PSOE le seguiría con el 23,9% y un partido que no existía a principios de este año, Podemos, sería la tercera fuerza pisando los talones a las anteriores, con el 22,5%.

Pero hay más, Podemos es el partido al que más encuestados, el 17,6%, han dicho directa y espontáneamente que votaría. Detrás va el PSOE, con el 14,3%, y más atrás aún el PP, con el 11,7%. La formación de Pablo Iglesias también es la primera si se suma «voto más simpatía».

De julio a octubre, Podemos ha subido del 11,9% de intención directa de voto, al 17,6%. La mayoría de los encuestados sitúa a esta formación abiertamente en la izquierda, con un 2,42 en una tabla donde 1 es la máxima izquierda y 10 la extrema derecha. Esto rompe la imagen de ser un voto refugio de todo tipo de enfadados con el sistema más allá de la ideología.

El PP ha entrado en caída libre. En las elecciones del 2011 obtuvo el 44,63% de los votos, y ahora le pronostican el 27,5%. Y eso que la encuesta se hizo antes de la Operación Púnica. Ya hay un 60,2% de personas que dicen que no le votarían «nunca» y el 68,9% afirma que la gestión del Gobierno de Rajoy es «mala o muy mala»

El PSOE, según la encuesta, parece estar levantando un poco la cabeza desde la encuesta anterior, aunque todavía está muy lejos no de sus mejores momentos, sino del 28,76% de votos a los que cayó en 2011.

Todo hace indicar que el bipartidismo que ha marcado al régimen del 78, está en vías de desaparición, y Podemos aparece como el aglutinador de un voto de izquierda con potencialidad de llegar a gobernar.

La «cocina»

Tanto en la encuesta del CIS, como en la del Gabinete de Prospecciones Sociológicas de Lehendakaritza que analizaremos a continuación, se observan una notable diferencia entre voto directo expresado por los encuestados y la estimación realizada por cada organismo.

En primer lugar hay que explicar que los porcentajes de voto directo son sobre el conjunto del censo, por lo tanto hay que evaluar cómo actuarán los indecisos o abstencionistas. Además, la pregunta sobre recuerdo de voto evidencia que los encuestados no siempre dicen la verdad; y que tampoco es lo mismo lo que se dice y lo que al final, ante la urna, se acaba haciendo, como se demuestra comicio tras comicio. En base a resultados electorales anteriores y a otras variables, se hacen las estimaciones de voto. Es la famosa «cocina», que puede ser meramente técnica o tener aliños de cierta intencionalidad.

Cambio en Araba

Casualidad o no, coincidiendo con la encuesta del CIS, el Gobierno de Lakua hizo pública la suya referida a unos comicios más cercanos, los forales y municipales del 24 de mayo próximo, ofreciendo datos provinciales y de las capitales. Hay que señalar que este sondeo ha incluido la presencia de Podemos, cuando esta formación todavía no ha decidido ni si se presentará a estas elecciones ni de qué forma. En todo caso, la irrupción de la formación de Pablo Iglesias no parece influir en las expectativas de voto a PNV y EH Bildu, que oscilan muy poco con respecto a elecciones pasadas.

El sondeo augura un cambio en Araba, donde el PP deja de ser primera fuerza, un puesto que se disputan PNV y EH Bildu, con cierta ventaja jeltzale por el momento. El partido de De Andrés queda detrás y, por lo que se ve, a sus electores les avergüenza confesar su preferencia, puesto que solo tiene un 3,9% de intención directa de voto.

En Gasteiz, el empate es triple con PNV, PP y EH Bildu en una horquilla de apenas el 0,3%, lo que queda neutralizado por el margen de error que tiene toda encuesta. Lo llamativo es que el PP perdería la tercera parte de sus fuerza, cuando el alcalde está inmerso en una activa campaña callejera que creía que le sería ventajosa.

En todo caso, está claro que el mapa electoral de Araba está cambiando en los últimos años desde la aparición en escena de EH Bildu.

PNV pierde la absoluta en Bilbo

La encuesta del Gobierno de Lakua vuelve a señalar a Bizkaia como la fortaleza del PNV, aunque vaya siendo erosionada punto a punto. La diferencia a la baja de lo que marca el sondeo con respecto a los resultados de 2011 se ve algo más clara en las previsiones para el Ayuntamiento de Bilbo, donde la influencia de la pérdida de Iñaki Azkuna es evidente, hasta el punto de que la mayoría absoluta de la que goza en la actualidad se queda en el camino. Sin embargo, no se observa que los votos que puedan escaparse al PNV en relación a los que obtuvo con el alcalde fallecido, vayan a ir ni al PP ni al PSE.

En este sondeo, EH Bildu aparece ya como segunda fuerza en en Ayuntamiento de Bilbo, un puesto inhabitual en las últimas décadas para el independentismo en la capital vizcaina

EH Bildu, fuerte en Gipuzkoa

Quienes confiaban en que el gobierno en minoría desgastaría a EH Bildu en Gipuzkoa, parecen haberse equivocado en su pronóstico a tenor de los datos de la encuesta de Lehendakaritza. La coalición independentista se afianza como primera fuerza en el territorio, aventajando en siete puntos al PNV, que gana apoyos pero pocos. PSE y PP siguen en caída, hasta el punto de que si Podemos se presentara a las elecciones a Juntas Generales, el sondeo le augura mejores resultados que al partido de Arantza Quiroga.

Juan Karlos Izagirre repetiría también hoy como alcalde de Donostia, sumando ocho concejales, según la encuesta de Lakua. PSE y PP perderían dos puestos cada uno y el PNV ganaría uno. Si se presentara, Podemos aspiraría a entrar con tres ediles.

En líneas generales, se observa en la encuesta que las fuerzas abertzales mantienen su apoyo electoral, mientras que PP y PSE continúan perdiendo apoyos. La posible irrupción de Podemos parece obedecer a la erosión de que sufren PSE e IU, y a votos que salen de la abstención, donde se refugian los desencantados del PP.