Voluntarios, aplausos, luces, grúas y un lema para todo el mundo
Habituados al recorrido pero acostumbrados a otro tipo de formato, se advertía cierta confusión inicial entre los decenas de miles de manifestantes. Sare dejó su sello en una marcha novedosa: una avalancha de voluntarios dispuestos a facilitar la movilización, aplausos en vez de lemas para preservar la pluralidad, dos direcciones pero un mismo objetivo, un mensaje multilingüe capaz de llegar a todo el planeta...
UNA AVALANCHA DE PETOS AMARILLOS PARA UNA GRAN OBRA
Un visitante despistado que hubiera aterrizado en Bilbo a eso de las 16.00 habría pensado que toda la ciudad estaba en obras, pero nada de eso. Los petos amarillos correspondían a los cientos y cientos de voluntarios que desbordaron la petición de Sare, gente joven en su mayor parte. Petos amarillos en cada esquina, en las marquesinas de autobuses, tomando un café a la espera de la multitud, repasando con mimo el material o las instrucciones de la organización... Había tantos que resultaba imposible quedarse sin las señales luminosas por falta de oferta. La implicación ciudadana es un signo muy positivo para Sare, que se quiere conformar como red en base a participación personal pueblo a pueblo, sector a sector, por encima de las siglas o estructuras al uso.
APLAUSOS FRENTE AL SILENCIO
Sare planteó una movilización silenciosa con el fin de que nadie se sintiera incómodo por algún lema o grito inoportuno. Pero eso no quería decir que fuese una movilización callada. Quedó claro desde el inicio con las atronadoras y largas tandas de aplausos; para las furgonetas de Mirentxin primero, para los familiares después, más tarde «para los que habéis venido de lejos» (a petición de la megafonía), y después ovaciones aún más fuertes «para que nos oigan en Puerto, en Almería, en Fleury, en Monsanto...» No tardó en escucharse una demanda básica: ``Euskal presoak Euskal Herrira''. Y junto a ello sonaron irrintzis, se escuchó la alboka en varios puntos del recorrido, hubo una curiosa banda tocando canciones por los presos en la calle Autonomía...
FAMILIAS ENTERAS POR OTRO FUTURO
El formato escogido, y la ausencia de la amenaza policial de antaño, invitaba también a una manifestación familiar. Hubo muchos niños y niñas en el recorrido, que esperaban ansiosos al pequeño juego de encender la luz, pero también gentes de edad avanzada que llevan años y décadas luchando por el retorno de los presos vascos a casa. Dada la densidad que tomaba la movilización en torno a Zabalburu, muchas de estas familias optaron por salir a calles más despejadas o quedarse en zonas más tranquilas, como fue el caso de la Plaza Circular.
«NOW», Y MUCHAS OTRAS LENGUAS
Otra de las prioridades de Sare estriba en informar de la realidad de la dispersión a todo el planeta. De ahí el «Now» («Ahora») que destacaba en carteles y pegatinas, si bien el eco internacional de la marcha quedó muy amortiguado por lo ocurrido estos días en París. Además del inglés, el lema se difundía también en francés, italiano, chino, ruso, alemán, árabe, braille... Quizás eso ayudó a sumar a la protesta a personas inmigrantes, una presencia evidente ayer e impensable hace pocos años.
EL PODER DE LA IMAGEN Y LA LUZ COMO SÍMBOLO
La luz se convirtió en símbolo frente a las tinieblas de la política carcelaria. La red tiró de imaginación sin demasiados gastos (los artilugios eran muy económicos) para difundir la reivindicación mediante una imagen llamativa y poderosa. Sare es consciente de la importancia que tiene este factor en la comunicación moderna. Así, una grúa captó imágenes aéreas de la marcha en La Casilla.