Con los deberes a medio hacer
El equipo rojiblanco ha recuperado el gen competitivo y, aunque la fluidez de su juego sigue lejos de su mejor momento, da la sensación, y así lo creen los aficionados, de que ha alcanzado un nivel que le da serias opciones de llegar a la final de la Copa.
Al equipo de casa le meten cinco goles y sus aficionados le despiden como si hubiera ganado. Algo no cuadra y esto es precisamente lo que ocurrió el domingo por la noche en San Mamés. Se diría que todos habían apostado a que a su equipo le metían cinco y que con ese resultado se llevaban un suculento premio.
Todo lo contrario. Lo que vivió La Catedral, al margen del abultado resultado, fue la reconciliación con su equipo. Sabedores de la notable diferencia que hay en estos momentos entre el Athletic y el Barcelona, los aficionados acudieron en masa al campo para exigir a los suyos que no bajaran los brazos. Y los suyos respondieron. De hecho entraron en el intercambio de golpes contra el peso-pesado conjunto catalán y no pararon de dar y recibir hasta que Etxeita fue expulsado y la pelea llegó al final. Cayeron a los puntos y no por k.o. o por abandono.
Fue eso precisamente lo que fueron a ver. Que a pesar de la mala trayectoria del Athletic en la Liga, como decía en su crónica Joseba Vivanco, es posible que «algo bueno esté por venir». La fluidez del juego está lejos todavía de la que han mostrado estos mismos jugadores en otras ocasiones, pero cada vez elaboran más jugadas y las hilvanan mejor, generan más ocasiones de peligro, marcan más goles -cuatro en los dos últimos partidos, aunque tres de ellos de Aduriz, con lo que la dependencia sigue ahí- y muestran más consistencia defensiva. Aunque, esto último suena a irónico tras encajar cinco goles.
Con el eje formado por Laporte-Etxeita atrás, Rico-San José en el centro y Aduriz arriba, más la ligera mejoría de Balenziaga, De Marcos, Unai López, Susaeta y Muniain, las prestaciones del Athletic han mejorado.
Ahora, el nuevo reto es el partido de mañana, contra un equipo, el Espanyol, de menos relumbrón que el Barcelona, pero con mucho más en juego. Si bien el rendimiento de los jugadores va a resultar una incógnita, parece que la respuesta de los aficionados no va a ofrecer dudas a tenor de la petición de entradas y vista la asistencia que mostró San Mamés la fría noche del domingo con 50.000 aficionados. Los seguidores del Athletic son conscientes de que el equipo está a solo dos partidos de meterse en una final y tratarán de empujar para que la eliminatoria quede encarrilada en el encuentro de ida.
Jugadores entre algodones
Iker Muniain, Óscar de Marcos y Mikel Balenziaga fueron los tres titulares el domingo frente al Barcelona que no participaron ayer en Lezama en la habitual sesión de recuperación postpartido. De Marcos sufre unas molestias en el pubis que, por ahora, no le están impidiendo jugar, mientras que Balenziaga fue sustituido en la segunda parte por el dolor que sentía en la espalda y que hizo que fuera duda hasta el final. Lo más probable es que no salga mañana. En el caso de Muniain, se trataba de evitarle carga de trabajo.
Quienes son bajas seguras son los lesionados Ander Iturraspe y Guillermo Fernández y el sancionado Aymeric Laporte. Por contra, Valverde podrá contar con Andoni Iraola, que no estuvo contra el Barça por acumulación de amonestaciones.
Una baja en el Espanyol
El centrocampista José Alberto Cañas es baja para por una lesión de primer grado en la musculatura isquiotibial de la pierna derecha, informó ayer el Espanyol. El otro jugador que acabó el partido ante el Valencia con molestias -un esguince leve- fue Víctor Sánchez, la pareja de Cañas en el medio centro blanquiazul, aunque están convencidos de que estará recuperado para jugar en San Mamés.
Las entradas para el partido de Copa de mañana en San Mamés ya están a la venta desde ayer en las taquillas del campo (en horarios de mañana y tarde), en la web del club y en los cajeros multiservicio de la BBK. Los aficionados podrán comprar una máximo de cuatro entradas por persona.