FEB. 17 2015 Ataques yihadistas Egipto ataca al EI en Libia, donde crece y se asoma ya a la costa mediterránea En venganza por la decapitación de 21 cristianos coptos, el Ejército egipcio bombardeó posiciones del Estado Islámico en Libia, donde los yihadistas aprovechan el caos y la guerra entre milicias para extender su control. Desde sus feudos se asoman ya a la costa en Sirte. GARA EL CAIRO Aviones de combate egipcios bombardearon ayer en varias ocasiones posiciones del Estado Islámico en Libia en represalia por la decapitación de 21 cristianos coptos divulgada en un vídeo por los yihadistas. La intervención marca la apertura de un nuevo frente para el Ejército egipcio, que ya combate en su propio territorio a los yihadistas, sobre todo en el Sinaí, donde llevan a cabo contundentes acciones contra las fuerzas de seguridad. El Ejército afirmó haber bombardeado campamentos y depósitos de armas del EI. Los objetivos se concentraron sobre todo en Derna, localidad a 1.300 kilómetros de Trípoli que el EI ha conseguido convertir en un feudo en territorio libio, aprovechando el caos en que se hunde el país. Según el jefe del Ejército del Aire libio, Saqr al Jarushi, los bombardeos mataron a 50 yihadistas pero, según el Gobierno con sede en Trípoli, también mató a siete civiles, entre ellos tres niños. Con la ejecución de los 21 coptos que había secuestrado en Libia, el Estado Islámico demostró que ya exporta sus acciones fuera de las regiones que controla en Siria e Irak y, como es habitual, lo ha hecho en un impactante vídeo en el que aparecen los rehenes con buzos de color naranja, alineados en una playa con las manos atadas a la espalda, antes de que sus verdugos les corten la cabeza. Con los bombardeos en Libia, el presidente egipcio golpista, Abdelfatah Al Sissi, muestra a los occidentales que pueden contar con él como aliado contra un enemigo común y olvidar cualquier demanda en materia de derechos humanos. «Estos ataques elevan a Egipto a un nuevo nivel en la lucha contra las organizaciones extremistas» opina Mathieu Guidère, profesor de islamología y geopolítica en la Universidad de Toulouse. Como hizo en Siria e Irak, el Estado Islámico ha encontrado en el caos libio un terreno propicio para extenderse. Comenzó a hablar abiertamente de su presencia con un ataque en enero contra un hotel en Trípoli en el que murieron nueve personas. Desde la caída de Muamar Gadafi en 2011 decenas de milicias armadas, señores de la guerra y líderes tribales han hecho de Libia su terreno de combate y en los últimos meses dos coaliciones -con parlamentos y gobiernos paralelos- se disputan el poder. Por un lado, la que lidera el general Kalifa Haftar, apoyado por occidente. Frente a ella, Amanecer Libio, que agrupa a milicias islamistas de Misrata y el pasado verano se apoderó de la capital, y que acusa a Haftar de organizar un complot para justificar una intervención extranjera. Según el coronel Ahmed al Mesmari, portavoz de las fuerzas de Haftar, «hay células (del EI) durmientes en cada ciudad, tienen relación directa con Al Baghdadi (líder del EI). Y habrá más operaciones terroristas contra libios o extranjeros residentes en Libia. Trípoli rechaza los bombardeos En cambio, el Consejo Supremo para la Defensa, que ejerce de Ministerio de Defensa en el Gobierno instalado en Trípoli, rechazó la intervención egipcia y anunció que elevará una protesta formal ante la ONU. Su p ortavoz, Mohamad Abdul Kafi, dudó, asimismo, de la veracidad del vídeo de la decapitación de una veintena de coptos. El Parlamento de las milicias que controlan la capital también denunció como una «agresión de la soberanía de Libia» los bombardeos y Mansur al Hasadi, miembro del mismo en la atacada ciudad de Derna, fue aún más duro al definir el bombardeo aéreo como «un acto terrorista». «El régimen egipcio quiere exportar sus problemas al extranjero y Libia es el país más cercano», denunció. Con la ejecución de los 21 coptos los yihadistas han querido demostrar que su brazo en Libia está desarrollado y que es el más potente de todos fuera del territorio sirio-iraquí», indica el analista Roamin Caillet. El ascenso del EI preocupa en extremo a sus vecinos, Egipto, Níger o Chad, que reclaman una intervención internacional. Y en este ascenso, hace unos días se produjo un hito poco divulgado. El EI entró en Sirte, en la costa sur del Mediterráneo e izó su bandera negra en la radio local, desde donde comenzó a lanzar proclamas a favor de la yihad contra los gobiernos de Libia -tanto el de las milicias islamistas de Trípoli como el proccidental de Tobruk- y a favor de Al Bagdadi. El EI tiene su feudo en Derna desde hace meses, donde se han asentado yihadistas libios, pero también tunecinos, egipcios o argelinos, y desde donde ha avanzado hacia la costa. La división y la guerra civil es el caldo de cultivo ideal para su propagación, como ocurrió en Siria. Para el abogado tunecino Naser al Hani especialista en movimientos islamistas, la consolidación del EI en Libia supone «la principal amenaza para la seguridad de todo el norte de África». «Existe un efecto contagio», explica a Efe al Hani, quien cree que Argelia tiene muchos factores a favor de este riesgo. Un miembro de los servicios secretos occidentales subraya que «en el sur de Argelia y Túnez, y en el norte de Mali, Níger o Chad hay mucho fermento. Tenemos a los milicianos de Al Qaeda en el Magreb Islámico, que al igual que en Siria pueden dejar esa organización y pasarse al EI, cediéndole toda su infraestructura». «Y vemos como incluso Boko Haram comienza a subir por Chad», agrega el agente, que rehúsa ser identificado. «Dejar la situación en Libia sin una intervención firme para parar a las organizaciones terroristas representaría una amenaza clara para la seguridad internacional y la paz», justificó el bombardeo el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shukri. Y en la intervención, Abdel Fattah al-Sissi obtuvo el rápido apoyo del Estado francés, y junto a su presidente, François Hollande, apeló a la ONU para tome «nuevas medidas». Mientras, en la ciudad de Al-Our, en el sur, de donde eran originarias 14 de las víctimas, los familiares expresaron en los funerales su dolor y, en algunos casos, sus deseos de venganza. París y El Cairo El Cairo y París firmaron ayer varios el contrato de venta a Egipto de 24 aviones Rafale, una fragata y misiles de corto y medio alcance con un presupuesto de 5.200 millones de euros, una operación cerrada en tiempo récord y que sella la alianza francesa con el régimen golpista. EEUU Según dijeron altos cargos de Defensa estadounidenses a la cadena de televisión ABC, los bombardeos aéreos llevados a cabo por Egipto contra posiciones del Estado Islámico en Libia no son parte de la campaña militar que encabeza EEUU contra el grupo yihadista. Mosul El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, afirmó ayer que su país está preparado para recuperar en una ofensiva «antes de final de año» la ciudad de Mosul, en manos desde hace varios meses del grupo yihadista Estado Islámico. En primera línea, Italia quiere movilizar a sus socios La responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini, se reunirá esta semana en Washington con sus homólogos egipcio -Sameh Shoukry- y estadounidense -John Kerry- para estudiar una posible acción común en Libia, aunque sin mencionar aún la intervención militar. «Existe hoy en Libia una doble amenaza, la amenaza de un país que se hunde y la de un país donde Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) está infiltrándose y tomando el poder», afirmó Mogherini. Italia, en primera línea ante el caos libio, quiere movilizar a sus socios europeos y a la ONU para lograr algo de estabilizar en su antigua colonia, temiendo la instauración de un «califato» en la otra orilla del Mediterráneo. El Gobierno italiano reclamó una movilización internacional para frenar esta amenaza pero también el creciente número de inmigrantes que huyen del país. París, que lideró la intervención en Libia que acabó con Muamar Gadafi y dejó el país en manos de multitud de milicias armadas, se ha colocado rápidamente al lado de los bombardeos egipcios. «Libia, al otro lado de Mediterráneo, está muy cerca y de ahí la necesidad de estar muy vigilantes y ser aliados con países de la coalición, como Egipto», declaró el ministro galo de Defensa, Jean-Yves Le Drian. Para el director del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma, Ettore Greco, sin embargo, «es indispensable verificar si todo el mundo está de acuerdo en una estrategia común». «El Cairo tiene sus propios intereses», recuerda. Y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, dejó claro que Italia solo se involucrará en una operación militar en el marco de un plan de la ONU para mantener la paz. «No es el momento. Hace falta juicio y prudencia», confirmó Renzi, moderando las declaraciones más bélicas del fin de semana, en las que el ministro de Exteriores, Paolo Gentiloni, mostro disposición a combatir y la de Defensa, Roberta Pinotti, llegó a afirmar que el país encabezaría una coalición con 5.000 hombres sobre el terreno. GARA Los kurdos llegan a las puertas del bastión del EI en Siria Las fuerzas kurdas han llegado a las puertas del bastión del Estado Islámico en Siria, la provincia nororiental de Al Raqa, tras recuperar el control de unos 2.000 kilómetros cuadrados en la vecina Alepo, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Las YPG (Unidades de Protección del Pueblo) han avanzado desde Kobane hasta llegar a la frontera administrativa entre ambas provincias. En el avance, según el Observatorio, las fuerzas kurdas cuentan con el apoyo de la Brigada de los Revolucionarios de Al Raqa, afín al Ejército Libre Sirio (ELS), que hasta hace poco combatía contra los kurdos. Actualmente, las YPG dominan una área que se extiende a unos 40 kilómetros por el este de Kobane, 30 por el oeste de esta ciudad y entre 30 y 35 kilómetros por el sur y el suroeste. El pasado 26 de enero, los kurdos expulsaron completamente al EI de la ciudad que intentaba tomar desde setiembre. En los combates al menos 1.835 personas han muerto desde entonces. Las YPG se han visto apoyadas por los bombardeos aéreos de la coalición internacional liderada por EEUU y refuerzos peshmergas, del Kurdistán de Irak, con armamento pesado. Por otra parte, el líder del grupo libanés Hizbulah, Hasan Nasralá, reveló ayer que su organización, que combate junto al Ejército de Bashar al Assad en la guerra siria, participa también en los combates en Irak. En un discurso en Beirut, el líder chií afirmó que Hizbulah tiene una «presencia limitada» en Irak desde que este país atraviesa una «fase sensible». «Venid con nosotros allí (a Siria) y a Irak», instó Nasralá a quienes le piden que se retire del conflicto sirio. En su discurso, señaló que «aquel que quiera decidir el destino del Líbano tiene que estar presente en la región» y hacer frente a la amenaza yihadista que, en su opinión, solo sirve a los intereses de Israel y EEUU. El líder de Hizbulah advirtió de que el peligro del EI no deja a salvo a ningún país de la zona. «Frente a esa enorme amenaza terrorista, instamos a los pueblos y países árabes a la unidad. Somos capaces de destruir el Estado Islámico», añadió. GARA Ertzaintza. La consejera de Seguridad del Gobierno de la CAV, Estefanía Beltrán de Heredia, anunció que los jefes operativos de la Ertzaintza participarán en unas jornadas para «unificar las pautas de actuación» ante la «creciente amenaza que representan los grupos terroristas, tanto de Al Qaeda como del Estado Islámico en Europa».