Sobre la presencia femenina en Euskaltzaindia
Iratxe Fresneda, en un interesante artículo (en castellano, por lo que yo también escribiré en esa lengua) sobre el nombramiento de Maddalen Jaureguiberry como miembro de honor de Euskaltzaindia, dice: «No sé por qué, pero hoy me he acordado de ella». Como testigo de aquella época diré que fue Gabriel Aresti quien propuso en la sesión del 31 de enero de 1975 el nombramiento de académicas de honor con motivo del Año Internacional de la Mujer: «emakume euskaltzale eta idazle adineko zenbait izendatzea». Como fue una propuesta in voce, se dejó para la siguiente sesión de febrero. En esta se aceptó la propuesta de Aresti dejando para el 27 de junio el nombramiento nominal coincidiendo con el Día Internacional. Lamentablemente, moriría pocos días antes, pero el entonces presidente, P. Villasante, reconoció de quién había sido la iniciativa y se nombró académicas de honor a Julene Azpeitia, Tene Mugica y Madeleine Jaureguiberry.
Posteriormente, al elevar de 24 a 30 miembros de número, se nombró a tres varones: J. Lakarra, A. Sagarna y J. M. Torrealdai, y a tres mujeres: Sagrario Alemán, Aurelia Arkotxa y Lourdes Oñederra, pero luego, al pasar yo a académico emérito al cumplir 75 años, no se cumplió el acuerdo de las Jornadas de Argomaiz de 2005, precisamente a propuesta de P. Xarriton, de promover candidaturas femeninas. Unos propusieron a Itziar Laka, pero otros a un varón, Xabier Kaltzakorta, que salió elegido. No es que este no tuviera méritos, que los tiene, sino que podían haber propuesto a una mujer, que las hay. Hubiéramos tenido a la primera académica de número bizkaitarra y así aumentar la presencia femenina. Nuestro secular machismo y otras «razones» lo han impedido.