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La mujer que se quitó la vida en Antsoain tenía una cita hoy en su oficina bancaria

Miren Peña, la mujer de 43 años que se quitó la vida el sábado tras recibir una carta de su entidad bancaria a causa de las dificultades para pagar su hipoteca tras agotársele la prestación por desempleo, tenía una cita hoy en su oficina, «pero no pudo soportar la presión», según la PAH.


La carta que recibió el pasado viernes en la que se le informaba del incumplimiento de un requisito para poder renegociar su deuda hipotecaria habría sido la gota que colmó el vaso de la dramática situación por la que atravesaba Miren Peña, una mujer de 43 años nacida en Antsoain y que fue encontrada muerta por su padre el sábado por la mañana en su casa del vecino municipio de Artika.

Su odisea comenzaba en setiembre de 2013, cuando fue despedida junto a otros diez compañeros de la planta de Faurecia en Orkoien (empresa proveedora de escapes para Volkswagen), un hecho que en su día fue denunciado por su arbitrariedad y por su carácter de «chantaje» para forzar al resto de la plantilla a aceptar recortes en sus condiciones laborales.

Como consecuencia de este despido, Miren Peña, madre de una hija de veinte años y que actualmente vivía sola en su casa de Artika, comenzó a recibir la prestación por desempleo, pese a lo cual «siguió pagando puntualmente» las mensualidades de su hipoteca, según informó ayer a este diario Mikel Otazu, miembro de la PAH de Antsoain.

No obstante, al acabar el paro, comenzaron las dificultades para pagar las cuotas de la hipoteca y la entidad bancaria le remitió una carta en la que le comunicaba la imposibilidad de acogerse al Código de Buenas Prácticas debido a que incumplía «un requisito burocrático», según explicó Otazu, quien ayer se mostraba convencido de que el problema hubiera tenido solución, a juzgar por la experiencia de casos anteriores.

Para ello, habían concertado para hoy una cita en la oficina de Laboral Kutxa de Antsoain. «En las conversaciones que mantuvimos le comenté que, por la experiencia que tenemos, la entidad muestra una buena actitud para solucionar estos casos, en los que se renegocia la deuda con un plazo de amortización de cinco años y un 0,5% de interés, que en este caso supondría una cuota de 80 euros mensuales».

En este sentido, recordó que hace dos años hubo otro caso similar con la misma entidad, en el que una familia se enfrentaba al desahucio de su vivienda, pero que se solucionó con una renegociación «y hoy es el día que siguen viviendo en su piso».

No obstante, Miren Peña «no soportó la presión que llevaba arrastrando desde que fue despedida, que le había colocado «en el umbral de la exclusión», y esta carta «ha sido lo que le ha empujado al abismo», se lamentaba Mikel Otazu, quien recuerda que durante estos dos años «lo único que quería Miren era trabajar a toda costa, sentirse útil».

Por todo ello, el representante de la PAH no dudó en afirmar que esta mujer «ha sido víctima de la crisis, del sistema inhumano y atroz que solo se preocupa de los resultados económicos, y no de las personas».

El cuerpo de Miren Peña fue incinerado ayer y hoy se celebrarán los funerales en la iglesia de los Capuchinos de Sanpedro (Errotxapea). Para hoy se ha convocado también una concentración a las 12 ante la oficina de Laboral Kutxa en Buztintxuri y se ha hecho un llamamiento a mostrar crespón negro en señal de duelo. Para mañana se ha convocado otra protesta a las 19.00 en la plaza de Antsoain.

Protesta ante Faurecia

El sindicato LAB, del que era afiliada la mujer fallecida, quiso mostrar ayer su solidaridad y afecto con su familia y allegados, y subrayó que «en la brutal aritmética del capitalismo, despido más amenaza de desahucio puede producir la muerte».

En una nota de prensa, en la que anuncia otra concentración ante Faurecia-Orkoien el miércoles a las 11.15, LAB recuerda que los despidos coincidieron con el suicidio de un trabajador de Sunsundegui en Altsasu, que también había sido despedido en un caso similar, «fruto del acuerdo entre UGT y la dirección».

Tras subrayar que «no hay plan de viabilidad, margen de ganancia ni dividendos que puedan anteponerse a un drama personal», LAB exige al Gobierno navarro la adopción de medidas urgentes para terminar con esta situación.