DUNAÚJVÁROS 18

BERA BERA 26

Sustos pretéritos recomiendan evitar cualquier tipo de euforia o relajación, pero el hito histórico de poder disputar la fase de grupos de la EHF Cup está más cerca que nunca para el Super Amara Bera Bera tras la exhibición coral ofrecida ayer en el Sport Hall de Dunaújváros. Habrá que rematar el próximo domingo al mediodía en el Gasca, pero la forma en la que la defensa de las de Imanol Álvarez fue capaz de anular la circulación de balón de las húngaras ofrece todas las garantías.

Sabedor de la mayor permisividad arbitral en las competiciones continentales, el técnico de Bera Bera incidió en la intensidad defensiva y el equipo respondió a la perfección. Lo hizo además con una actuación coral en las que destacaron las individualidades de Karsten, Menéndez y Arruda.

Sans, Terés, Menéndez y Karsten conformaron un auténtico muro frente al que se chocó una y otra vez la primera línea húngara. Tan solo el cerebro de este equipo, Szalai, encontraba espacios, una muy buena noticia para las donostiarras, mucho mejor cuando a partir del minuto 9 emergió la figura de Renata Arruda, que llegó a desesperar al público local.

Paciencia en ataque

Este buen trabajo defensivo se vio además acompañado con un ataque paciente, logrando que el movimiento de balón generara situaciones bien culminadas por Karsten. Así aguantó el equipo el arreón inicio de las locales, para tomar el mando en el marcador a partir del minuto 10 de juego.

Eso sí, le tocó sufrir con un parcial de 4-0 para el equipo local que coincidió con una exclusión de Menéndez, la entrada de Klujber a la cancha, las buenas intervenciones de Tomasevic y los balones perdidos por las jugadoras donostiarras. Arderius respondió desde la dirección y los goles de Karsten y la zarauztarra permitieron al Bera Bera ir por delante al descanso (11-12).

Los errores marcaron el inicio de la reanudación, pero las donostiarras se hicieron fuertes en su juego, Arruda se hizo fuerte en la portería, las guipuzcoanas pudieron correr y estiraron la renta hasta esos ocho goles que son oxígeno para el optimismo.