El diputado foral de Medio Ambiente de Gipuzkoa, Juan Carlos Alduntzin, ha comparecido esta mañana en las Juntas Generales para explicar a las formaciones políticas su nuevo programa de gestión de residuos.
La principal novedad radica en el tratamiento de lo que se denomina fracción resto, que hasta ahora iba directamente desde los contenedores a los vertederos tradicionales. Si se implementa esta nueva propuesta, esos residuos irán a una planta de tratamiento –se construirán varias de reducidas dimensiones por todo el territorio– donde «se recuperará todo lo recuperable», mientras que el resto se «desecará» mediante un tratamiento térmico que reduce su tamaño e impide malos olores y otras molestias.
Posteriormente se empaquetará para su almacenamiento, que tendrá lugar en viejas canteras ya abandonadas, lo que será el primer paso para su regeneración. Estos depósitos suplirán a los vertederos tradicionales de Urteta, Lapatx y Sasiain, que se cerrarán antes de finalizar 2014.
La propuesta anterior y que al menos hasta hoy defienden PSE, PNV y PP es la construcción de una incineradora de grandes dimensiones en Zubieta –a pesar de que en Europa defienden el fin de la incineración– en la que quemar toda la fracción resto, sin ningún tratamiento intermedio. Al margen de las emisiones de gases, esta infraestructura produce escorias y cenizas tóxicas que han de ser almacenadas en lugares especialmente acondicionados.
Respecto a los orgánicos, la Diputación plantea ampliar la red de plantas de compostaje para poder tratar todo lo que se recoge, ya que la planta de Lapatx ni siquiera da abasto en la actualidad.
En cuanto a los sistemas de recogida, su elección es competencia de los ayuntamientos, si bien el objetivo del Gobierno foral es incentivar aquellos modelos que ofrezcan altas tasas de reciclaje.