El Gobierno español no trasmite confianza y está claro que, de momento, ni el Banco Central Europeo ni la Comisión Europea van a salir a echarle una mano. Mientras tanto, los capitales huyen del Estado español y hasta los depósitos de familias y empresas han bajado en los bancos y cajas. El dinero escapa a espuertas mientras su entrada se encarece. El bono español se colocó el 31 de mayo al 6,56%. Esto supuso que la prima de riesgo finalizara en 536, apenas 3 puntos menos que el día anterior.

Según un informe del Banco de España conocido el mismo día, entre los capitales que retiraron los inversores internacionales y lo que inversores del Estado español colocaron en el exterior, salieron del Estado español un total de 66.200 millones. Esto hace que en el primer trimestre, escaparan un total de 90.090 millones de euros.

Pero ya no se trata solo de que los capitales financieros o especulativos estén en estampida libre -en nueve meses han huido casi 200.000 millones-, sino que ya sea por la falta de dinero para ahorrar o por la desconfianza creciente en el sistema bancario, los depósitos de hogares y empresas en las entidades comerciales españolas en abril se redujeron en casi 31.500 millones de euros, respecto a marzo, la segunda mayor salida mensual de depósitos privados desde que el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a elaborar sus registros en 1997. La mayor fue en enero de 2010 con 32.000 euros.

Por contra, la cifra de depósitos privados en bancos alemanes se situó en abril en 3,119 billones de euros, el nivel más alto de la era euro, lo que implica un alza mensual de 24.700 millones (+0,8%), mientras que en términos interanuales el incremento fue de 127.200 millones (+4,2%), confirmando el traslado del dinero europeo desde la periferia al núcleo de la eurozona.

Como se puede comprobar, el dinero ni se crea ni se destruye, solo cambia de manos. Unos ganan y otros pierden. Así pueden entenderse también los movimientos que se dan en la política económica europea.