A través de una nota de prensa, Eleak recalca que el Estado español ha entregado a una ciudadana que él mismo no reconoce como ilegal, dentro de unos hechos que derivan de las libertades elementales como son los derechos de expresión, reunión y opinión.
«La aplicación de la orden de detención y entrega pone de relieve de manera aguda su utilización con fines de represión política y nos indica, una vez más, la cerrazón y el inmovilismo de los Estados español y francés en el nuevo escenario, haciendo oídos sordos no ya solo a la mayoría social en este país», dice el movimiento.
Tras mostrar su solidaridad a la política abertzale y exigir su inmediata puesta en libertad, Eleak recalca la «determinación y el coraje» de la población de Ipar Euskal Herria en la defensa de los derechos civiles y políticos, «que hizo que un intento de detención fuera impedido por la movilización popular y hacemos nuestras unas palabras de Aurore en una de sus apariciones en Biarritz, cuando apelaba a la necesidad de construir un muro de contención popular frente a la negación de los derechos más elementales».