En vísperas de la celebración del Foro de Baiona, Lokarri ha reunido en Donostia a expertos internacionales para celebrar un seminario con un claro objetivo: recabar enseñanzas de etapas concretas de otros procesos que en su día vivieron situaciones de colapso: la Sudáfrica de los 80, la Irlanda de las comunidades divididas, Colombia tras el Caguán...
A pesar de que algunos de los ponentes, como Brian Currin o Alberto Spektorowski, conocen de primera mano la situación política que atraviesa Euskal Herria, han evitado en todo momento establecer paralelismos, pero sus historias siguen dejando historias válidas a modo de luces en el camino que marcan por dónde ir y por dónde no.
Durante su alocución, el facilitador sudafricano Brian Currin, ha destacado la importancia que en Sudáfrica tuvieron las «conversaciones sobre las conversaciones», claves para construir confianza entre las partes.
Ya en los pasillos, Currin ha sido preguntado por el desarme, y este ha afirmado que ETA ha mostrado su voluntad, pero ha precisado que la organización «no puede hacerlo sola».
Por su parte, el integrante del GIC Alberto Spektorowski ha descrito sus experiencias en el diálogo de Camp David del año 2000, el último gran acuerdo entre israelíes y palestinos. Tras explicar el sorprendente deshielo que se dio en la sociedad en aquellos años, ha remarcado que, al final, lo que hace falta es una solución política.
Además, ha citado el ejemplo de Camp David para indicar que incluso los vetos más rotundos al diálogo acaban cayendo.
El irlandés Brendan Mackin ha destacado la importancia de construir núcleos de trabajo neutros, una nueva policía, una educación conjunta...
Ha subrayado asimismo la necesidad de implicar a los excombatientes, «porque son líderes en sus comunidades».
El colombiano Javier Orozco, quien se ha referido a la tentación que pueda sentir alguna de las partes para continuar con la guerra, ha remarcado que «no hay otra opción que el diálogo».
«Dialogar en medio de las balas es peligroso, pero hay otra opción», ha señalado.
Finalmente, Carmen Magallón, de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad, ha situado a las mujeres como elemento facilitador y como señal de la importante aportación social.