El pleno del Parlament ensanchará hoy el arco parlamentario favorable al derecho a decidir con la votación de una resolución similar a la presentada recientemente por CiU en el Congreso español. A propuesta del PSC, los diputados votarán un documento en el que se lee: «El Parlament insta al Govern de la Generalitat a iniciar un diálogo con el Gobierno del Estado para posibilitar la celebración de una consulta a la ciudadanía catalana para decidir sobre su futuro».

La resolución queda lejos de la Declaración de Soberanía aprobada por el mismo Parlament el pasado 23 de enero, ya que la el texto de hoy se limita a emitir un vago apoyo al derecho a decidir, instando para ello a negociar con un Gobierno español poco dispuesto a dar el paso.

La novedad radica, sin embargo, en el voto favorable del PSC, que sumará sus 20 diputados a la mayoría parlamentaria a favor del derecho a decidir. A falta de que la votación, prevista para última hora de la mañana, lo confirme, los diputados de CiU, ERC, PSC e ICV-EUiA votarán a favor de la resolución, una suma de 104 diputados que supera ampliamente la mayoría cualificada de dos tercios de los escaños.

Del consenso sobre la resolución ha caído la CUP, cuyo diputado Quim Arrufat explicó ayer que optarán por una «abstención incrédula». Pese a su obvio apoyo al derecho a decidir, el diputado independentista explicó que no ven que el Estado tenga voluntad de dialogar nada, mucho menos el derecho a la autodeterminación.

El PSC decidió presentar la resolución en el Parlament después de que una votación similar provocase un cisma interno en el grupo parlamentario socialista en el Congreso español, en el que los 13 diputados del PSC -todos exceptuando a Carme Chacón- rompieron por primera la disciplina de voto y apoyaron la resolución de CiU. Visto el revuelo, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, quiso devolverle la patata caliente a CiU, presentando el mismo texto en el Parlament. Algo que, en realidad, no le ha generado ningún problema al Govern, que sigue dando como válida la Declaración de Soberanía, mucho más ambiciosa que el documento de hoy.