La junta directiva de Euzko Etxea de Nueva York ha enviado a sus socios una carta en la que explica los pormenores de lo sucedido en la gala de celebración del centenario, en la que estaba previsto que se emitiera un vídeo del alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, pero finalmente no se hizo por el veto impuesto por Iñigo Urkulllu.
En la nota señala que con motivo de la gala Euzko Etxea invitó a diversas personalidades y autoridades, entre ellas el primer edil donostiarra. Este, tras agradecer la invitación y expresar su imposibilidad de acudir por problemas de agenda, envió un vídeo de felicitación para su difusión durante la gala.
La junta directiva recibió el vídeo el mismo día del evento e informó a los representantes del Gobierno de Lakua de su intención de emitirlo durante el acto.
Según indica la misiva, «fue el mismo Gobierno Vasco quien, tras expresar su rechazo a la difusión del vídeo y tras nuestra reiterada insistencia a difundirlo, decide esperar en el hotel en el que se alojan y no asistir a la gala mientras no desistamos de nuestra intención»
«Ante nuestra negativa de retirar el vídeo y la postura firme de los representantes del Gobierno Vasco», prosigue la nota, la gala comenzó a la hora programada, «con casi 300 invitados y sin la presencia del lehendakari», Iñigo Urkullu.
La junta directiva de Euzko Etxea explica que las conversaciones con los representantes de Lakua siguieron durante la celebración de la gala, «dando lugar a un retraso considerable en el programa».
«Finalmente, habiendo transcurrido más de una hora desde el comienzo de la misma y ante las expectativas creadas por la programada presencia del Lehendakari, la junta directiva decide dar marcha atrás y plegarse a la exigencia del Gobierno Vasco», señala la nota.
La dirección de Euzko Etxea decidió comenzar con su mensaje de bienvenida a la gala, «ante la imposibilidad de alargar más el programa» y «la impaciencia que se estaba generando entre los invitados y sin saber a ciencia cierta cuándo llegaría el lehendakari».
«Al no contar con la certeza de la presencia» del inquilino de Ajuria Enea, se decidió «omitir su nombre de lso mensajes de bienvenida». Urkullu y su equipo entraron «instantes después en la sala sin previo aviso, ocasionando que los miembros de la junta directiva que estabamos cerca del podium no nos percatasemos de su llegada».
Ello dio lugar, según explican, «a que no pudiésemos recibirle como demanda el protocolo».
La junta directiva de Euzko Etxea recalca su «enorme tristeza» por lo ocurrido así como su «profundo respeto a las instituciones vascas, el Gobierno Vasco y a la figura del lehendakari».
Asimismo, subraya que «en todo momento nuestro principal objetivo fue salvaguardar la independencia de la Euskal Etxea de Nueva York».