Las jornadas, organizadas por la Diputación de Gipuzkoa y dirigidas por Jon Mirena Landa –exdirector de Derechos Humanos del Gobierno de Lakua–, han puesto de manifiesto que «el debate sobre cuestiones técnicas e interpretaciones diversas de las disposiciones que se vienen adoptando con el fin de evitar y castigar la violación de los derechos humanos puede acabar por ocultar el verdadero problema, que no es otro que lograr el reconocimiento de todas las violaciones de derechos y de todas las víctimas, y la aplicación de la verdad, la reparación y la justicia».
Según el organismo foral, se ha puesto asimismo de relieve «la necesidad, también en Euskal Herria, de la justicia transicional, una justicia que debe aplicarse en el contexto concreto de cada lugar. Debe ser una justicia que se adecúe a las realidades nacionales, no aplicada mecánicamente. En última instancia, la justicia transicional exige creatividad, exige matices, exige identificar las razones y singularidades de cada conflicto».
«La atención a las víctimas es ineludible si queremos hacer frente a la violación de los derechos humanos, pero la mirada hacia las víctimas ha de ser inclusiva, ha de reconocer todas y cada una de las víctimas. La cuestión no es lo que una víctima ha hecho, o quién la ha convertido en víctima, sino que la cuestión es que es una víctima. La reparación de las víctimas no se agota en las indemnizaciones; deben recibir también una reparación simbólica, y disponer de la oportunidad de contar su verdad», señala en las conclusiones.