El diario ‘La Jornada’ publica hoy una entrevista con el encarcelado político independentista e integrante de Sortu Arnaldo Otegi, que trata temas como su situación en prisión, el nuevo tiempo en Euskal Herria, la sentencia de Estrasburgo o el camino emprendido por Catalunya hacia la independencia.

Afirma que «sigue muy de cerca» todos los acontecimientos políticos, sociales y económicos que se dan en Euskal Herria y defiende que la prisión, «aunque lo pretende, no puede limitar nuestra capacidad de pensamiento». En ese sentido, reflexiona sobre la actual situación del proceso político, y remarca que «el Gobierno de España no tiene interés en la paz, no la desea y añora el escnario anterior en donde la existencia de la violencia armada de ETA le permitía esgrimir el enemigo interior necesario para ocultar su profunda naturaleza antidemocrática, antisocial y autoritaria».

Y añade: «La desaparición de la violencia armada de ETA le genera un grave problema, en la medida en que ya no existe excusa para no abordar el debate político real que no es otro que el respeto al derecho de autodeterminación del Pueblo Vasco».

Otegi considera que, por consiguiente, «no existe proceso de paz, porque el Estado le tiene miedo a la paz, puede resultar duro, pero esa es la realidad». Es por ello que vuelve a remarcar la necesidad de «dar pasos de manera unilateral independientemente de lo que pida, diga y haga el Estado».

También analiza la posición del PP tras la sentencia de Estrasburgo. Tras ser preguntado sobre la asistencia de varios de sus directivos a la concentración convocada por la AVT en Madrid en contra del dictamen, asegura que la formación española «es hoy rehén de una estrategia perversa que alimentó durante el proceso de paz desarrollado por el señor Zapatero.

En ese sentido, considera que el PP «instrumentalizó el dolor de las víctimas y así las convirtió en un poderoso lobby que hoy se vuelve indignado contra quienes lo crearon y alimentaron con mentiras, falsedades y manipulaciones. Su asistencia a esa manifestación nada tiene que ver con el respeto a las víctimas, su único objeto es tratar de restablecer y mantener sus debiles equilibrios internos», dice.

Sobre el fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos destaca que «restituye el respeto a los derechos humanos frente a la arbitrariedad y la excepcionalidad con que se aplica la política penitenciaria a los independentistas vascos».

Catalunya también es objeto de reflexión en esta entrevista, más aún cuando se ha decidido que los ciudadanos catalanes serán preguntados sobre su futuro el 9 de noviembre de 2014. «Ahora se abren solo dos escenarios: el más realista es el que nos hace prever un pcoeso de recentralización del Estado; y el que nosotros consideramos mejor, pero altamente improbable, de un proceso realmente democrático y constituyente en el que se reconozca el derecho de autodeterminación a vascos, catalanes y galegos».

«En lógica y acertada perspectiva –prosigue–, los catalanes han concluido que ese segundo escenario no es posible y por lo tanto deben avanzar unilateralmente a la independencia... En mi opinión, los vascos deberíamos, con una hoja de ruta propia, sin prisas pero sin pausas, acompañarles en ese camino».