Iñaki IRIONDO GASTEIZ

Un nuevo testigo refuta la versión oficial sobre agresiones antes de la carga mortal

R.V.R., el nuevo testigo que declaró ayer ante la jueza Ana Torres, también negó la existencia de altercados o lanzamiento de objetos a la Ertzaintza antes de que esta procediera a cargar y acabar luego con la vida de Iñigo Cabacas.

La instrucción judicial por la muerte de Iñigo Cabacas sigue adelante en el Juzgado número 10 de Bilbo. Un nuevo testigo, cuyo nombre responde a las siglas R.V.R., declaró ayer ante la jueza Ana Torres y reiteró que no hubo ninguna gran pelea ni lanzamiento de objetos a la Ertzaintza antes de que ésta cargara a pelotazos en el callejón de María Díaz de Haro. Su testimonio se suma a otros ya existentes en el mismo sentido y desmonta la versión oficial que el Departamento de Interior puso en circulación en su día y que incluso llevó al Parlamento, hablando de la existencia de grandes altercados y entre quince o veinte encapuchados en la zona.

Según ha sabido este diario, R.V.R. declaró ayer ante la jueza que lo único que vio en el lugar, antes de la irrupción policial, fue una pelea entre dos personas. Les separaron y una se fue de la zona y la otra se quedó por allí. Después de esto aparecieron las furgonetas de la Ertzaintza, cuyos agentes comenzaron a disparar sin avisar. Según este testigo, no hubo ningún lanzamiento de objetos hacia las fuerzas policiales antes de que estas cargaran a pelotazos.

El testimonio de R.V.R. es importante porque se encontraba muy cerca de Iñigo Cabacas cuando recibió el pelotazo que acabó con su vida. Vio dónde estaba y vio también cómo después cayó al suelo, mortalmente herido. Según manifestó la abogada que representa a la familia, Jone Goirizelaia, durante esta declaración «han salido a la luz datos y elementos que ayudaran a esclarecer los hechos», aunque a renglón seguido añadió que todavía «quedan muchas cosas por hacer».

Testimonio coincidente

El testimonio recabado ayer por la jueza Torres coincide con otros que figuran ya en el sumario. Por ejemplo, el de la persona que llamó al 112 tras «observar cómo un varón (presumiblemente Iñigo Cabacas), tras una detonación de escopeta y un golpe seco junto a él, queda de rodillas, en diagonal al callejón y espaldas a la calle María Díaz de Haro, mirando hacia la puerta del bar». Esta persona declaró ante la propia Ertzaintza que «desde el lugar donde se hallaba ubicado» no vio «ningún objeto lanzado» contra las dotaciones policiales, «ni ningún altercado», que sí se produjeron después, una vez de que «comenzó la carga».

Las palabras de R.V.R., que limitan a una pelea entre dos personas lo que Interior atribuyó a entre quince y veinte encapuchados, coinciden con las de Roberto, un joven de Málaga que describió en su día que «el ambiente era cojonudo. Estábamos todos tranquilos. Pero por allí andaban dos subnormales buscando jaleo incluso antes del partido. Yo vi cómo el primero se pegaba con uno que llevaba una bufanda del Athletic. Esa fue la pelea». Este mismo testigo también confirmó que los lanzamientos de objetos contra la Ertzaintza «vinieron después de la primera carga».

Laia, que ha sido socorrista y sabe cómo actuar en estas circunstancias, trató de auxiliar a Iñigo Cabacas intentando cortar su hemorragia. Declaró en abril de 2012 que la Ertzaintza disparaba a la altura de las personas y que los agentes golpearon a quienes trataron de hablar con ellos.

Ella misma fue conminada de malas maneras a dejar a Iñigo Cabacas, que ya no respondía a nada y había empezado a vomitar, a lo que contestó que no.

El testigo que llamó al 112 también declaró en su día que los agentes de la Ertzaintza le obligaron a abandonar el lugar mientras hablaba con el médico del 112 por su teléfono móvil.

Cuatro imputados

Para los próximos días 30 y 31 de enero están llamados a declarar ante la jueza los únicos cuatro agentes que, de momento, están imputados en este sumario. Se trata del suboficial con número profesional 5.351, que dio la orden de disparar, y tres ertzainas de su furgoneta, que son los únicos que han admitido haber disparado.

En estas imputaciones hay dos detalles destacables. Por un lado, parece evidente que fueron más de tres los agentes que dispararon. Por otro, el suboficial acusado de haber dado la orden de disparar es aquel que en las conversaciones policiales reveladas por GARA advierte a sus mandos en la comisaría de Deustua que «en principio aquí la situación está controlada». La contestación que recibe de Ugarteko es «entren al callejón con todo lo que tenemos, entren a la herriko y controlen la situación».

Otras peticiones

La jueza no ha respondido todavía a otras peticiones de imputación realizadas por la acusación que representa a la familia de Iñigo Cabacas. Entre ellas se encuentran la de Ugarteko, el mando que ordenó «entrar con todo» desde la base de Deustua. Se trata del ertzaina con número profesional 3.316, que, según documentos oficiales, corresponde a Iñaki Larrea. También está pedida la imputación del comisario jefe del dispositivo, que asistió de paisano a los hechos, identificado con el número 3.325, que corresponde a Raúl Alberto Otaola.

La acusación ha pedido también tomar declaración a Jorge Aldekoa, entonces responsable de la comisaría de Bilbo y en la actualidad jefe máximo de la Ertzaintza. Aquella noche estaba trabajando.

En un escrito publicado en GARA el pasado 29 de diciembre, el exportavoz de ErNE Teo Santos consideraba conveniente una comisión de investigación parlamentaria para, entre otras cosas, saber «dónde se encontraba el jefe del dispositivo (reciente jefe supremo de la Ertzaintza) cuando le notificaron internamente el `incidente del herido', cuál fue su reacción y qué órdenes cursó al respecto».

Según informó GARA pocos días antes del escrito de Santos, los jefes de Jorge Aldekoa sospechan que ordenó recoger las pelotas del callejón.

El fiscal superior comenta que la acción fue incorrecta pero quizá no delictiva

El fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Calparsoro, declaró ayer que la actuación de la Ertzaina que acabó con la vida de Iñigo Cabacas fue «incorrecta» pero que eso no supone que sea delito. «Pudo ser una actuación negligente o improcedente, un error, pero eso no quiere decir que haya delito», afirmó en una entrevista realizada en Radio Euskadi.

Calparsoro sostuvo que hay que esperar a que declaren este mes los cuatro ertzainas imputados por el momento en el caso de la muerte del aficionado del Athletic para ver si hay más imputaciones o analizar qué nuevos pasos se dan en la instrucción. Además, considera que no es que el proceso judicial «manche la imagen» de la Ertzaintza, sino que ésta «se manchó» porque la actuación de aquel 5 de abril de 2012, tras el partido contra el Schalke 04, fue «absolutamente improcedente».

El fiscal aclaró que el caso está todavía en «una fase de instrucción. Eso no significa que luego se vaya a mantener la imputación pero, de momento, se ha imputado a cuatro ertzainas». Explicó que la imputación «no prejuzga nada» porque los agentes «gozan de la presunción de inocencia» y, hasta que no haya juicio y sentencia, «cualquier ciudadano debe presumirse legalmente como inocente». No obstante, admitió que «sí es un paso previo a una posible acusación».

El máximo representante de la Fiscalía en la CAV no se atrevió a poner una fecha al fin de la instrucción porque, según reconoció, «en su día» pensó que iba a ser «más rápido». «Se está prolongando en el tiempo y es complicado. Yo sé que es un proceso en el que que hay que acreditar muchas cosas y veremos», indicó. Insistió en que hay que escuchar a los agentes imputados y luego ya se irá viendo. GARA