Maiorga Ramírez, de Bildu, no entiende cómo Jiménez ha decidido no dimitir. Sobre todo, porque «se han transgredido los principios fundamentales de actuación democrática y política honesta». Es más, para este portavoz lo ocurrido es, simple y llanamente, «una tomadura de pelo».
En opinión de Bildu, que el PSN «haya traicionado las necesidades de devolver la voz de la ciudadanía navarra» es un nuevo «bochorno». Pero indicó que esta será la última vez que pase ya que, a partir de ahora, «nadie que quiera un cambio político va a poder confiar en el PSN, y esas responsabilidades políticas las tendrán que asumir en las urnas».
Centralismo, no federalismo
El líder de Izquierda Unida en Nafarroa, José Miguel Nuin, utilizó argumentos de política estatal para criticar la postura del PSN y de Ferraz. «¿Cuál es el modelo de federalismo del PSOE, un modelo que siempre consiste en impedir que el cambio frente a la derecha en Navarra pueda prosperar?», se preguntó, para después acusar al PSOE de «centralista».
En cuanto al diálogo entre las formaciones opositoras de cara a derrocar a Barcina, que se ha intensificado estas últimas semanas, señaló que los encuentros con EH Bildu y Geroa Bai se realizan «de forma normalizada y continuada», y que analizarán el nuevo escenario político que se ha abierto tras la ruptura definitiva del PSOE con el polo de izquierdas.
Para Nuin, la actuación del PSN «impide que aquí se tomen las decisiones que la sociedad navarra necesita y que la realidad política navarra hoy exige para salir de los problemas que tenemos, empezando por la crisis política institucional que sufrimos».
Por su parte, Geroa Bai señaló que todo ha sido «una estafa». La coalición sostiene que el partido de Jiménez «ha sumido a la sociedad navarra en una nueva frustración». A través de un comunicado, quiso mostrar su «más absoluto rechazo a la falta de valentía política que ha demostrado el PSN-PSOE con una decisión que supone un nuevo zarpazo a la dignidad de los navarros, al no respetar la voluntad expresada por la mayoría de la Cámara foral». Asimismo, califica de «agónico» al Gobierno de UPN.