En Wunstorf empezó el horror de Gernika
El historiador alemán Hubert Brieden, de visita en Gernika coincidiendo con la semana del 77 aniversario del bombardeo, ha investigado durante los últimos 30 años la relación entre la Alemania nazi y los sucesos del 26 de abril de 1937, y asegura que en la base aérea de Wunstorf se formaron los militares que luego arrasaron la villa vizcaina.
Un grupo de ciudadanos alemanes, principalmente de la ciudad de Wunstorf, está de visita en Gernika coincidiendo con la semana del 77 aniversario del bombardeo. Entre ellos se encuentra Hubert Brieden, un historiador que, gracias a su empeño durante los últimos 30 años, ha descubierto hechos de la historia nazi que tanto los gobiernos alemanes como la jefatura de guarnición de Wunstorf han intentado silenciar durante décadas. Pero, ¿qué tiene que ver Gernika con la investigación de un historiador alemán sobre la historia nazi? Mucho.
Brieden, miembro del círculo de trabajo de investigación regional de Neustadt -cerca de Hannover-, comenzó en la década de los 80 a investigar la historia del régimen nazi a nivel local. Recuerda que en aquella época o no se hablaba sobre el tema o se hacía de una manera muy superficial. «Para la gente era una época muy trágica y punto. Ahí se quedaba la cosa», afirma. Empezó a hablar con testigos de la época nazi y tropezó con indicios de que la base de Wunstorf algo tenía que ver con el Alzamiento franquista en el Estado español.
Asegura que no le ha sido fácil contrastar aquella información envuelta en la niebla del tiempo. Las autoridades alemanas siempre negaron esta tesis, hasta el punto de que en los inicios de su investigación el propio Brieden fue tildado casi de «terrorista» en Wunstorf. Superadas las trabas, el historiador consiguió indagar exhaustivamente los archivos centrales militares de Alemania que, a diferencia de los del Estado español, son ya de libre acceso. En dichos archivos contrastó Brieden que la base aérea de Wunsorf, junto a la de Langenhagen, formó a pilotos que luego intervinieron a favor del régimen franquista, sobre todo en la operación del bombardeo de Gernika. Es este hecho lo que hoy en día une a los ciudadanos de Gernika y Wunstorf, y también el motivo principal de la visita de estos últimos a la localidad vizcaina durante toda esta semana (el sábado es el aniversario).
Basándose en testimonios de los propios miembros de la tétrica Legión Cóndor, la fuerza aérea de la armada alemana autora de la masacre de Gernika, así como en los archivos centrales militares de Alemania, Brieden llega a asegurar que el 70% de los militares que llevaron a cabo el bombardeo de Gernika fue formado en esa base aérea de Wunstorf.
Gernika, una especie de ensayo
La investigación de este historiador alemán, con el que ayer pudo conversar GARA en Gernika, apuntala la tesis de que para la Legión Cóndor bombardear la villa no fue más que una especie de ensayo para lo que luego la Alemania nazi iba a llevar a cabo en el norte de Europa. En concreto, Brieden ha contrastado que la estrategia seguida para atacar Gernika fue repetida en la invasión de Polonia, donde en cada avión se encontraba un piloto que tenía experiencia en los bombardeos llevados a cabo tras el Alzamiento franquista en el Estado español. «Durango y Gernika fueron las primeras experiencias de ataque indiscriminado a la población civil», recuerda el historiador.
Detrás del bombardeo del 26 de abril de 1937 nos encontramos con un nombre: Wolframn von Richthofen que, según Brieden, también estaría luego al mando del ataque a la capital polaca, Varsovia. Pero el historiador no solo pone nombres idénticos a los responsables de los ataques, sino que detalla un modus operandi similar en ambos: «Primero lanzaban bombas detonadoras, con el objetivo de destruir al máximo el alcantarillado y los conductos del agua, y luego, con las bombas incendiarias, dejaban en llamas la ciudad que habían atacado».
Pasado y futuro
En cualquier caso, Brieden apunta que lo que más le interesa no es eso. Lo que principalmente pretende con su investigación es enfrentarse al pasado nazi de Alemania para no olvidarlo y recapacitar sobre los crímenes contra la humanidad perpretados en aquellos años para evitar riesgos similares en el futuro. En el esfuerzo ingente por sacar a la luz la verdad tras tantos años, pretende focalizar su investigación en las víctimas del exterminio nazi, ya sean los judíos exterminados por toda Europa o los vecinos abatidos en pueblos como Gernika y Durango.
Apunta que no todo es pasado. Por ejemplo, la base de Langenhagen -una de las que nutrió a la Legión Condor- es hoy en día el segundo aeropuerto militar más grande de Alemania y está al servicio de la OTAN.
Wunstorf y Gernika quedan así como ciudades hermanadas por una historia trágica, que hoy comparten este ejercicio de búsqueda de la verdad y de pedagogía. La exposición que estas semanas se puede ver en Astra de Gernika, la antigua fábrica de armas, sobre la Legión Cóndor viajará luego a aquella ciudad alemana, cuyos habitantes han vivido muchos años ajenos a esta masacre ocurrida en un pequeño pueblo vasco y retratada al mundo por Picasso. Wunstorf, situada al norte de Alemania, en el land de Hannover, tenía entonces apenas 10.000 habitantes (hoy son cerca de 45.000).