El primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk, advirtió ayer de la amenaza de un conflicto bélico en Europa después de que Rusia anunciara, la víspera, el inicio de maniobras en la frontera común. Sus palabras llevaron a los jefes de Estado y de Gobierno del Estado francés, EEUU, Alemania, Gran Bretaña e Italia a amenazar nuevamente a Moscú con la posibilidad de aplicar nuevas sanciones si no se rebaja la tensión entre ambos países, en su punto álgido en las últimas hora.
«Los intentos de la agresión rusa en territorio ucraniano llevarán a un conflicto militar en el territorio europeo», señaló Yatseniuk, quien recordó que «mientras el mundo añun tiene frescos los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, Rusia ya quiere desatar la tercera».
El jefe del Gobierno interino añadió que toda la responsabilidad por «la agresión y por socavar la seguridad internacional recae en Rusia, que se comporta como un gánster armado hasta los dientes».
En parecidos términos, su viceministro de Exteriores, Danylo Lubkivsky, aseguró que su país se enfrente a una eventual invasión rusa «en cualquier momento». Insistió en que la presencia de tropas rusas junto a la frontera -algunos rumores sin confirmar apuntaban que tanques rusos habrían entrado varios kilómetros en territorio ucraniano- «pone en peligro la paz y la seguridad» y admitió que su Gobierno está discutiendo con sus aliados una posible cooperación en el ámbito militar».
«Esto es algo bastante natural cuando tu soberanía está amenazada, buscar cualquier medio para protegerse. Y vamos a defender Ucrania de cualquier invasión», zanjó.
Lubkivsky afirmó que las autoridades de Kiev tienen «bajo control» la «explosiva» situación en el país y negó que se hubiera suspendido la ofensiva «antiterrorista» en el sureste del país.
Al contrario, Kiev aseguró que se ha puesto en marcha la «segunda fase» tras el asalto mortal de la víspera a Slovyansk, y que esta ciudad de 120.000 habitantes, bastión de la revuelta prorrusa, se encuentra cercada por las fuerzas especiales ucranianas, extremo que algunos testigos desmintieron aludiendo a la incapacidad de las tropas ucranianas para poder llevar a cabo un operativo así.
«Se acaba el tiempo»
El jueves por la noche, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, advirtió de que «a Rusia se le está acabando el tiempo para que cambie de rumbo (...) Estamos preparados para actuar».
Una actuación que, al menos de momento, parece limitarse a la adopción, «cuanto antes», de nuevas sanciones, algo en lo que ayer coincidieron Barack Obama, François Hollande, Angela Merkel, David Cameron y Mateo Renzi, que consideran único responsable a Moscú.
El Gobierno de Kiev y el Ministerio de Defensa alemán denunciaron ayer que activistas prorrusos secuestraron un autobús con trece observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Slovyansk, aunque la confusión rodeaba el suceso después de que la OSCE asegurara que ninguno de sus expertos y observadores se encontraba entre los retenidos, sino que que pertenecían a un contingente de observadores militares enviados a Ucrania en virtud a unos «acuerdos bilaterales».
Examen preliminar del TPI sobre la situación en Ucrania
El Tribunal Penal Internacional (TPI) anunció ayer la apertura de un examen preliminar sobre la situación en Ucrania para determinar si se cumplen los criterios para investigar los supuestos crímenes cometidos durante la crisis política del país. La decisión llegó después de que el 17 de abril el Gobierno interino de Kiev aceptase la competencia del TPI para juzgar supuestos crímenes cometidos en su territorio entre el 21 noviembre 2013 y el 22 febrero 2014.
El alto tribunal de la ONU recuerda que tras la recepción de este tipo de declaración por parte de un Estado, la Oficina del Fiscal siempre abre un examen preliminar sobre la situación en cuestión. En el presente caso, la apertura del examen se produce a instancias del fiscal del TPI, Fatou Bensouda.
Las protestas contra el Gobierno del presidente Viktor Yanukovich, depuesto y refugiado en Rusia, y los enfrentamientos entre partidarios del acercamiento a Rusia y partidarios del acercamiento a la Unión Europea comenzaron a finales de noviembre, y desde entonces se produjeron actos de violencia y de violación de los derechos humanos. GARA