«Lo que espera la nación de nosotros es que atendamos el deber de hoy con sentido de la oportunidad, altura de miras y responsabilidad», ha dicho Rajoy en su intervención ante el pleno del Congreso para defender el proyecto de ley orgánica.
El presidente del Gobierno español ha asegurado que la de hoy es una «jornada histórica» en la que los parlamentarios deben cumplir lo que manda la Constitución. «Jornada en la que pesan muchísimo nuestros acuerdos y carecen de trascendencia las discrepancias», ha dicho. «No estamos aquí hoy para eso, sino para cumplir la voluntad de los españoles, que eso y no otra cosa es la Constitución», ha añadido.
Rajoy ha admitido que la aprobación de la Ley de Abdicación no está «reñida con las críticas», que la Constitución contempla los mecanismos para la reforma, pero ha querido insistir que hoy no es el día ni el trámite para estos debates. «Disponemos de ocasiones sobradas a lo largo del año para subrayar nuestras diferencias», ha recalcado.
«La mayoría no cuestiona la monarquía»
Y ha asegurado además que las encuestas indican que «la mayoría de los españoles no cuestionan la monarquía parlamentaria» sino que ven en ella «el mejor símbolo de la unidad y permanencia del Estado» y la «mejor opción que garantiza la imparcialidad, la estabilidad política, la continuidad de las instituciones y en definida la convivencia en paz que es indispensable para el progreso y la prosperidad».
«Somos una monarquía porque así lo quiso la voluntad inequívoca de los españoles que así lo expresaron en la Constitución de 1987», ha añadido.
En un discurso en el que ha remarcado en distintas ocasiones la «normalidad» del proceso, ha ensalzado el reinado de Juan Carlos de Borbón. «Su empeño por encarnar la concordia de todos, su capacidad para ser el mejor símbolo de nuestra democracia en el mundo, y, no lo olvidemos, el cuidado que ha puesto en la preparación de quien está llamado a sucederle», ha dicho.
El presidente del Gobierno español ha subrayado que el monarca ha servido con «mesura y discreción sus obligaciones constitucionales» y su marcha constituye así «un momento histórico», un «hito» en la historia del Estado español. «Cambiamos de página, pero seguimos escribiendo el libro de nuestra convivencia», ha dicho.
También ha defendido las cualidades y al preparación de quien le sucederá, su hijo Felipe de Borbón, que lleva décadas «conociendo los problemas y las ambiciones de los españoles».
«Pero además se ha esforzado en conocer de primera mano, en apreciar y en defender la diversidad de nuestros pueblos y culturas. Don Felipe valora, inmensamente, ese patrimonio de diversidad y entiende la importancia de su contribución a la unidad de todos», ha agregado.