Pese a que el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, aseguró ayer por la mañana que no tendría problema con una acampada en la plaza Catalunya, un operativo conjunto de unos 200 mossos d'esquadra y guardias urbanos se presentó ayer en la céntrica plaza barcelonesa para tratar de desalojar a las varias decenas de personas que se habían instalado allá en defensa de la consulta y de la desobediencia.
Los agentes antidisturbios hicieron acto de presencia hacia la una de la madrugada, cuando varias decenas de personas seguían reunidas en torno a la vintena de tiendas de campaña instaladas en medio de la plaza. Tras rodear a los presentes -que entonaron ‘L'estaca’-, los Mossos requisaron todas las tiendas, no sin momentos de tensión, empujones y golpes.
Reunidos de nuevo en asamblea, los activistas decidieron pasar la noche igualmente a la intemperie, con esterillas y sacos de dormir. Para hoy realizan un nuevo llamado a concentrarse en la plaza, que quieren convertir en el epicentro de la desobediencia al Tribunal Constitucional y, cada vez más, a un Govern que sospechan se encuentra en lenta retirada.
En un comunicado de urgencia, la CUP de Barcelona exigió responsabilidades políticas al alcalde Trias y mostró «todo su apoyo a la acampada de plaza Catalunya en defensa de la consulta del 9 de noviembre, una expresión genuina de desobediencia por el derecho a decidir». «Iremos a participar en las movilizaciones en la calle en defensa del derecho a decidir. ¡Queremos votar y votaremos!», concluyen.