En el caso del Estado español se recibieron 4.502 solicitudes, esto es, el 1,03% del total de la Unión Europea. Y solamente 206 obtuvieron el estatuto de refugiados, la cifra menor desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Asilo. Otras 376 recibieron alguna otra forma de protección menor. Cabe señalar que España sólo reconoció como refugiada a una víctima de las redes de trata de seres humanos, a pesar de que la ONU considera esta práctica como «una forma moderna de esclavitud». En el otro extremo, Alemania concedió asilo a 10.910 personas.
En el caso de los saharauis que solicitan asilo en el Estado español, se da una circunstancia especial. Se trata del concepto de “apatridia”, presente en una sentencia del Tribunal Supremo del 20 de noviembre de 2007 en la que se exigía que el Gobierno español reconociera a los saharauis la condición de apátridas. No lo hizo inmediatamente, pero en 2013 la OAR (Oficina de Asilo y Refugio) la asumió finalmente y reconoció este estatuto a treinta personas procedentes del Sahara Occidental. En este momento son más de 2.000 las peticiones de apatridia presentadas al Gobierno español, a la espera de respuesta.