Un soplo en favor del euskara en Erribera
El paso de Korrika por las llanuras de Erribera recuerda a la travesía ayer por Araba. Y no solo por el paisaje. También por el esfuerzo que hacen los euskahaldunes que viven en estas zonas –los que han aprendido este idioma y los que, por diversas razones, no lo han hecho pero lo aman–.
En Ribaforada, ha tomado el testigo Errigora, con su lema ‘Nafar hegoaldeko uzta euskarari puzka’. Este proyecto ciudadano tiene como base Euskal Herria y el trabajo en común. Su eje es el sur de Nafarroa y quiere influir en la «zona donde el euskara no es oficial». Para ello, promociona sus productos naturales en Euskal Herria, desde el euskara, para el euskara y en euskara. Los corredores de este kilómetro, jóvenes productores y miembros de Errigora, han dado otro soplo a nuestro idioma.
Entre Ablitas y Cascante han comprado su kilómetro unos 60 jubilados de Sasoia. Esta asociación de Iruñea participa en Korrika en todas las ediciones. Esta vez, ha corrido en Urepele, luego en Burlata, hoy en Ablitas y mañana tal vez en Aezkoa.
Un escalofrío recorre el cuerpo al inyectar en el corazón de estos pueblos un gran chute de energía y fuerza, algo necesario teniendo en cuenta que en estos lugares es muy difícil vivir en euskara. Sofía e Irati, alumnas de la ikastola Argia de Tutera, comentan que en su pueblo «no se admite el euskara». «Te miran mal si lo hablas», lamentan. El euskara no es su lengua materna y solo lo hablan en la ikastola. «Nuestras familias no lo hablan y todos los amigos tampoco. Para nosotras, el euskara es un esfuerzo que únicamente podemos hacer unos pocos, ya que la ikastola es privada y no está al alcance de todos». Por ello, reivindican una escuela pública en euskara.
Estas jóvenes están muy nerviosas e ilusionadas, ya que van a llevar el testigo en nombre de la ikastola, con el apoyo de Sasoia, que ha venido a animar tras correr en Ablitas. Se escucha la música, ya viene, y cada uno toma su posición. Sofía e Irati se colocan a la cabeza. Cuando el tropel, formado por numerosas personas de todas las edades, ha cruzado la calle gritando al unísono «Tuteran ere euskararen alde!», con toda la gente aplaudiendo y animando, se ha escuchado y sentido el silbido del viento en favor del euskara.