Beñat ZALDUA

Se busca presidente de consenso para ensanchar base social. Razón, ANC

Con las candidaturas al Secretariado Nacional cerradas, la ANC busca una nueva dirección capaz de unir diversos sectores y dar contenido social a la reivindicación nacional. El histórico independentista Jordi Sánchez, cercano a ICV, se perfila como candidato.

No parece cosa fácil presidir la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Ser capaz de sacar a la calle a casi dos millones de personas te convierte irremediablemente en objeto de deseo para los partidos políticos. Con mayor o menor habilidad, con mayor o menor disimulo, todas las formaciones soberanistas han tratado de llevar la corriente de la ANC hacia sus molinos, por lo que una de las mayores virtudes de su hasta ahora presidenta, Carme Forcadell, ha sido mantener un a menudo difícil equilibrio. Ha suplido otras carencias con una paciencia a prueba de bombardeos y ha conseguido mantener la ANC como una plataforma plural y transversal hasta en los momentos más críticos, como lo han sido los posteriores al 9N, cuando la tensión entre CDC y ERC a causa de la lista unitaria amenazó con hacer saltar por los aires los frágiles equilibrios de la entidad. El soberanismo se lo agradeció con una sonora ovación hace una semana en el Palau Sant Jordi, donde pronunció su último discurso como presidenta de la Assemblea.

Porque tras tres años de mandato, por imperativo estatutario, ha llegado el momento del recambio. Acabado esta semana el plazo para presentar candidaturas, los miembros de la Assemblea escogerán el nuevo Secretariado Nacional, compuesto de 75 personas, el próximo 9 de mayo. De dicho Secretariado Nacional saldrá, una semana más tarde, el nuevo presidente de la entidad. Aunque desde el puesto de mando de la ANC se insiste en el respeto al proceso asambleario del cual saldrá la nueva dirección, hace meses que en Catalunya corren ríos de tinta sobre quién será el sucesor de Forcadell. Una persona de la que se esperan, sobre todo, dos características: la capacidad de salvaguardar la unidad interna y el perfil social que la ANC sabe que debe marcar en los próximos meses para ensanchar la base soberanista.

Son varios los nombres que han sonado durante las últimas semanas. Por un lado, el editor Quim Torra, director del Born Centre Cultural y vicepresidente de Òmnium Cultural. Se le otorga la virtud de ejercer de puente entre las dos principales entidades soberanistas del país, pero su cercanía a Convergència hace sospechar a más de uno. Desde la órbita de ERC llegaba otro de los nombres que ha sonado en los últimos tiempos, el del exdirector del Museu d’Història de Catalunya, Agustí Alcoberro. Pero tampoco parece haber logrado los suficientes apoyos.

Guiño al ecosocialismo

Dada la tensión latente entre convergentes y republicanos, las opciones de cualquier candidato son proporcionales a la distancia que mantenga respecto a cualquiera de los dos partidos. De aquí que empezaran a sonar nombres próximos a ICV, como el del exdiputado Raül Romeva, que recientemente dejó el partido precisamente por la renuncia de los ecosocialistas al proceso independentista. Romeva se apresuró a eliminarse a sí mismo como candidato, tras lo cual empezó a sonar con fuerza en los medios catalanes el nombre de Jordi Sánchez.

Poco conocido para el gran público y desconocido fuera de Catalunya, a Sánchez lo avala una dilatada trayectoria como activista social y soberanista. Un currículum en el que destaca la portavocía de la Crida a la Solidaritat en Defensa de la Llengua, la Cultura i la Nació Catalanes durante los años 80, así como la dirección de la fundación Jaume Bofill en fechas más recientes. Tradicionalmente ligado a ICV, pero de un claro perfil independentista, Sánchez es en la actualidad el número dos del Síndic de Greuges, el defensor del pueblo catalán, cargo que ostenta el exlíder ecosocialista Rafael Ribó.

Aunque la candidatura está por cerrar y está por ver quién le acompañará en el tándem de la vicepresidencia, Sánchez cuenta con tres grandes argumentos a su favor para salir elegido presidente de la ANC el próximo 16 de marzo: genera consensos entre las diversas facciones de la Assemblea, su cercanía a ICV puede servir para que los ecosocialistas (al menos su base) no se desenganchen del todo del proceso independentista y su perfil social encaja a la perfección con uno de los principales objetivos de la entidad de cara a las elecciones plebiscitarias: explicar las bondades de la independencia más allá del discurso identitario, llenar de contenido social la reivindicación nacionalista y ensanchar la base social para garantizar la victoria el 27 de setiembre.

 

La larga sombra del polémico debate sobre la lista unitaria

Que la candidatura de Jordi Sánchez genere consenso entre los diversos sectores de la ANC no quiere decir que la pugna entre las facciones haya quedado enterrada. Según informaciones de la prensa catalana, un grupo de dirigentes encabezados por el hasta ahora coordinador del área de incidencia política, Pere Pugès (también deja el Secretariado Nacional ahora), estaría impulsando de nuevo el debate sobre la lista unitaria para las elecciones del 27 de setiembre. Un debate que la propia ANC, así como ERC y la CUP, dan por acabado, pero que algunos sectores cercanos a Convergència esperan reabrir pasadas las elecciones municipales.Beñat ZALDUA